No es conveniente seguir subiendo la tasa de política monetaria

El país debe centrarse en conseguir el crecimiento del empleo y en la dinamización de la economía

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Una recesión debería incluir contracción sustancial de la actividad económica, aumento de la tasa de desempleo, caída del presupuesto familiar, desaceleración de la actividad del sector privado y cierre de negocios. En EE. UU., sucede lo contrario: la tasa de desempleo es del 3,6%, más de 9 millones de puestos de trabajo fueron creados en los últimos seis meses y aumenta la inversión privada en forma considerable.

Existen, por supuesto, otros signos que activan las alarmas de lo que sería una desastrosa recesión. La inflación en EE. UU. llegó al 9,1%, comparada con junio del 2021, la mayor en 40 años.

Los precios continuaron subiendo a pesar de los ajustes en la tasa de política monetaria (TPM) en el primer trimestre. La situación preocupa a la Reserva Federal y también a los bancos centrales de sus principales socios comerciales, pues los aumentos se dan principalmente en alimentos y energía, lo que incide en forma cruzada en toda la economía y desencadena subidas en otros productos.

Para reducir la inflación, la Fed aumentó por cuarta ocasión la TPM, de casi un 0% en marzo al 2,5% en la última semana de julio del 2022. La intención es que una consecuente alza en las tasas de interés de los créditos cause la reducción de la demanda agregada.

En resumen, EE. UU. experimenta una desaceleración del crecimiento económico, pero aún positivo, y un muy bajo desempleo, lo que le permite a la Fed ajustar al alza la TPM, en busca de lo que se denomina un “aterrizaje suave”, o sea, un moderado impacto para mantener un menor crecimiento económico mientras se reduce la inflación, aunque el desempleo crezca un poco.

Inflación en Costa Rica

En Costa Rica, la inflación interanual medida también por el IPC, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), alcanzó la cifra récord del 10,06% entre julio del 2021 y junio del 2022.

La tasa acumulada de inflación de enero a junio del 2022 fue un 7,35%, bastante lejos de lo previsto por el BCCR, entre un 2 y un 4% anual. El desempleo bajó en el último trimestre, pero se mantiene arriba de las cifras previas a la pandemia.

El último dato fue un significativo 11,97% en el trimestre móvil de marzo a mayo del 2022. Y la previsión del crecimiento económico fue ajustada por el Banco Central del 3,9% en enero a un 3,4% en abril.

Las acciones contra la inflación no se han hecho esperar. El último aumento de la TPM se registró el 27 de julio, unas horas después de que la Fed hizo el incremento en Estados Unidos. El BCCR ajustó la TPM del 5,50% al 7,50%, el punto más alto en los últimos 12 años.

La medida intenta contrarrestar a corto plazo la elevada inflación mediante el aumento de las tasas de interés de los créditos, que obligatoriamente restringe el consumo de los hogares y las empresas, reduce la compra y venta de viviendas, los créditos hipotecarios y la dinámica económica.

La diferencia es que en Costa Rica no tenemos el casi pleno empleo como en EE. UU., ni el dinamismo de la industria manufacturera, ni la inyección de inversión internacional y nacional en la economía.

Un ajuste demasiado grande de la TPM nos pone en riesgo de mayor desempleo y camino a la recesión, lo que más bien queremos evitar. La política monetaria nacional es muy cuidadosa y el problema que tenemos no es producto de ninguna emisión interna, ni de aumentos de salarios o de circulante desordenado.

La inflación es mayoritariamente importada, originada por el aumento de precios de los hidrocarburos, los alimentos, el transporte y la logística, y por el desacople de las cadenas de suministros y la guerra de Rusia contra Ucrania. No es conveniente, ni prudente, continuar subiendo la TPM, más bien, debemos hacer crecer el empleo y dinamizar la economía.

Plan Nacional de Desarrollo

El gobierno debería plantear claramente en el Plan Nacional de Desarrollo la orientación de la política económica que promoverá en el país. Para ello, debe aprovechar la marca país ecológica, la fama en el área de las tecnologías y los dispositivos médicos, el nearshoring y la atracción de inversión extranjera directa mediante proyectos disruptivos grandes, como puede ser el canal seco, la Ciudad Gobierno, los aeropuertos en Osa y Limón y otros de infraestructura vial y de vivienda.

Se deben tomar medidas para la inversión, generación de trabajo, educación con conectividad, apoyo al sector productivo privado y rescate de los sectores afectados por la pandemia, como el turístico y el de la vivienda.

Algunas de estas políticas tendrán efectos a mediano y largo plazo, pero al anunciar una política económica integral y estable se genera confianza para la inversión nacional e internacional y se impulsa el círculo virtuoso de crecimiento económico. Más producción, más trabajo, más consumo, más ingresos para el Estado, mejor control de la deuda y más ayuda a los sectores rezagados para alcanzar el desarrollo nacional.

olman.segura.bonilla@una.cr

El autor es director del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible de la Universidad Nacional.