La Fedefútbol debe ponerse la Roja

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Qué hermoso es ver al país vestido de rojo, esperando con ansias un partido decisivo para la Selección Nacional. Esa emotividad y ese nacionalismo lo generan solo los grandes acontecimientos deportivos y especialmente los de la Selección Nacional de Fútbol masculina.

No sería posible, sin embargo, si los costarricenses tuvieran que pagar el alto costo que la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) les asigna a sus camisetas oficiales.

Cada vez que la Fedefútbol anuncia la salida al mercado de una nueva camiseta, se prevé que en un par de semanas salgan a la calle otras, casi exactas, en forma y calidad a un precio significativamente menor.

Si bien es cierto que el valor de una marca es un concepto difícil de entender, en el caso de las camisetas de los equipos de fútbol se asocian dos marcas: la del fabricante, que para la Fedefútbol es New Balance, y la del producto, o sea, la Selección Nacional de Fútbol de Costa Rica.

Hay métodos de valoración por costos, por mercado o ingresos, este último se conoce con el enfoque “en uso” y se basa en las ganancias esperadas debido al interés del público en la utilización del producto.

Podríamos esperar que el valor de la camiseta contemple el de ambas marcas, comparado con el de sus competidores y no solamente los ingresos deseados en función del deseo de uso del aficionado costarricense.

New Balance es una marca intermedia en el mercado deportivo. Según las estadísticas de la empresa Statista, no aparece en el top cinco de ventas de ropa deportiva en el año 2021, cuando los cinco primeros fueron Nike, Adidas, Puma, Under Armour y Columbia. Sus camisetas dry fit se venden en unos $25 en las tiendas deportivas.

Por lo tanto, alcanzar los $80 (al tipo de cambio de hoy) que pretende la Federación por cada camiseta es darle un gran valor a la marca Sele.

Si calculamos el valor de todos los equipos participantes en el Mundial, de acuerdo con la página Transfermarkt, nuestra Selección es la de menor valor de todas.

Nuestros rivales en la primera fase del torneo nos superan ampliamente: Alemania tiene un valor de 824 millones de euros; España, 751 millones; y Japón, 125 millones, contra los pobres 18 millones de euros de Costa Rica.

Además, varios jugadores de España y Alemania valen más que toda la Selección de Costa Rica. Si bien es cierto que las camisetas de España y Alemania son mucho más caras, las nuestras superan el 60% del valor de estas otras.

El aficionado costarricense apoya a la Selección, aun cuando su fútbol no gusta y los resultados no son positivos, pero se emociona, disfruta y le brota el nacionalismo cuando el equipo triunfa.

No obstante la euforia, el aficionado promedio no puede pagar los ¢56.000 que cobran por la Roja original. Por esto, recurre a las réplicas con calidades AAA, AA, A, B, C y D, pero a precios que van desde los ¢10.000 hasta los ¢20.000.

No perdamos de vista que aunque este es un negocio ilícito, por el que recientemente se condenó por primera vez a alguien con seis meses de cárcel y unos ¢7 millones de acción civil resarcitoria, es un negocio que da trabajo a una buena cantidad de gente que de otra forma no podría llevar comida a sus hogares.

El negocio, aunque ilícito, permite que el estadio se vea hermosamente rojo con el color del uniforme en toda la gradería. Casi podría asegurar que de los ¢35.000 aficionados que abarrotan el Estadio Nacional y pagan entradas caras, si acaso un 5% habrá comprado la Roja original, pero todos van orgullosos porque el color genera sentido de pertenencia y todos juntos cantando el oé, oé, oé, oé asustamos al rival y ayudamos al equipo nacional.

Quizá, si los que aseguran que mantendrán la guardia en alto para seguir persiguiendo este delito, o los que escogieron el nuevo logo porque “les gustó a los que tenía que gustarle” pensaran en el cliente que acude al estadio, le asignarían un valor más razonable a su marca y fomentarían una distribución más amplia entre pequeños vendedores, de manera tal que la totalidad de los aficionados iríamos gustosos al estadio con la Roja original.

Concepto básico del mercadeo es que las marcas de alto valor son para públicos elitistas y pequeños segmentos del mercado. Marcas como Gucci, Versace, Calvin Klein, Marc Jacobs, Ralph Lauren, Louis Vuitton y Michael Kors han tenido que aprender a convivir con las réplicas.

En matemática simple, si el 5% de los 35.000 asistentes al Estadio Nacional pagarán los ¢56.000 que cuesta la camiseta, los ingresos de la Fedefútbol serían ¢98 millones.

Pero si el precio de la original fuera ¢20.000 y la compra el 80% de la asistencia, los ingresos para la Federación ascenderían a ¢560 millones.

¡Hasta mejor negocio es acercarse al pueblo!

raices.murbina@gmail.com

El autor es ingeniero cIvil.