La ciencia como un bien público global

La Academia Nacional de Ciencias de nuestro país es parte de una nueva organización mundial que funde las dos principales organizaciones de ciencias básicas y sociales.

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La Academia de Ciencias Francesa auspició la firma de un acuerdo en París, el 4 de julio, que logró la fusión de las dos asociaciones globales no gubernamentales más grandes del mundo científico: la de las ciencias básicas y naturales, que representa el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU, por sus siglas en inglés) y la de las ciencias sociales, con el Consejo Internacional de Ciencias Sociales (ISSC, por sus siglas en inglés).

Proceso. Este “matrimonio” se inició en Taiwán hace un año. Luego de un año de planificación se eligió una Junta Directiva mixta y una Asamblea, se llegó a acuerdos financieros básicos y se celebró la primera sesión de la nueva estructura llamada International Science Council (ISC).

La Academia Nacional de Ciencias de nuestro país es parte de la ICSU y desde su inicio promueve y estimula la colaboración internacional. Esto incluye intercambios y becas, defiende la toma de decisiones basadas en evidencia científica y el acceso al conocimiento científico para todas las personas. También se interesa sobre el rigor en la ciencia y la claridad en el origen de la información. Además, intenta articular el conocimiento científico sobre asuntos de interés global, como salud, educación y aquellos que tengan impacto en la calidad de vida de las personas (la vacunación, por ejemplo).

Espacios comunes. Las ciencias básicas (como la física, la química, la biología, la sicología, la geología, las matemáticas, etc.) y las ciencias sociales (como la sociología, la antropología, la historia, la economía, el derecho, la filosofía, etc.), han convivido desde sus orígenes en diversos espacios de comunicación y colaboración, aunque los ámbitos de acción de las diferentes ciencias explican el frío noviazgo. El cosmólogo utiliza métricas con unidades temporales muy diferentes a las de los sociólogos y los economistas, enfocados en el ser humano y su comportamiento.

A pesar de esta realidad, ha prevalecido una visión más holística de unir esfuerzos en la búsqueda de respuestas a una serie de problemas que no parecen resolverse con enfoques más angostos, desde una especialidad o ámbito. Por ejemplo, los retos que representan la violencia humana son difíciles de analizar y resolver con enfoques que excluyan a los neurofisiólogos, a los sociólogos, a los genetistas o a los juristas, etc. Es así como se eligió una Junta Directiva y una Asamblea mixta.

El nuevo presidente para los próximos cuatro años es el matemático sudafricano Daya Reddy y los dos vicepresidentes, uno de cada sector, son la socióloga brasileña Elisa Reis y el chino Jinghai Li, de ciencias naturales. El ISC mantendrá la sede en París, del extinto ICSU.

La posibilidad de lograr un mejor entendimiento y mayor previsión sobre el futuro de la Tierra y nuestra especie como la única que prevé ese futuro, es de importancia estratégica.

Certezas. La ciencia, como faro de luz, nos depara grandes hallazgos y conocimientos, aunque muchos juicios de valores no sucumben con facilidad al análisis científico. No pueden diseñarse experimentos con controles y dobleciegos para decidir si la pena de muerte es aceptable o la guerra negociable. La ciencia sí nos permite conocer con certeza cuáles son las tendencias y cuál es el impacto que el ser humano está teniendo sobre su ecosistema, nos ofrece las herramientas para utilizar el pensamiento racional y crítico en la toma de decisiones y también nos ubica en el cosmos, como un débil punto azul en una inmensidad insondable.

Le damos la bienvenida a la nueva sombrilla que cobija a la comunidad científica global, la cual considera a la ciencia como un bien público que debería ser de fácil acceso a todas las personas interesadas.