Foro: De seguro no vendrán

Exigir una póliza a los turistas es dejar ir la gran oportunidad de diferenciarnos del resto de los países

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Por más que lo intento no puedo dejar de rascarme la cabeza y tratar de encontrar una justificación medianamente razonable a la decisión gubernamental de imponer al turista extranjero un seguro contra la pandemia, que costaría cientos de dólares.

Por más extraño que parezca, y a pesar de vivir en un mundo globalizado, de políticas internacionales de cielos abiertos y pasajeros curtidos, conocedores al dedillo acerca de las pólizas de viajes, nuestras autoridades ignoraron todos estos antecedentes y, a golpe de tambor, recetaron a nuestros valiosos visitantes un seguro que no solo es irrisoriamente costoso, sino que solo es posible comprárselo al actor predominante en ese mercado: al estatal Instituto Nacional de Seguros (INS).

Parece una escena cantinflesca, pero no lo es y, aunque cueste creerlo, sucede. Algunos sectores económicos pusieron el grito en el cielo, y con justa razón.

La crisis originada por la pandemia de la covid-19 no distingue clases sociales, pero sí afecta diferenciadamente a los actores económicos del sector privado.

Nadie puede negar que dentro de ellos los más golpeados son las industrias hoteleras, los alquileres de autos, los restaurantes y el resto de las empresas que deben actuar en armonía para brindar al turista una experiencia “esencial Costa Rica”.

Cierre de puertas. A la queja de aerolíneas y hoteles, los analistas del INS responden que harán un replanteamiento para ofrecer seguros más asequibles y pretenden, con un ajuste de números, revertir algo que nunca debió suceder.

Lo que no logran entender es que no hace falta replanteamiento alguno porque en el mundo hay una variedad enorme de seguros para los miles de turistas con intención de hallar en Costa Rica un escape a las tribulaciones de esta terrible pandemia.

De nuevo dejamos pasar una oportunidad de oro y divisamos cómo las ocurrencias de unos pocos terminan descarrilando lo que pudo ser el elemento diferenciador de Costa Rica en relación con el resto del mundo.

Imaginemos más bien una directriz del gobierno que invite a los turistas a venir a Costa Rica sin pagar seguro alguno. Sí, así como suena, y sin encender llamados alarmistas.

Recuerdo haber llegado a Panamá hace algunos años y recibir del oficial de Migración una tarjeta donde se me invitaba a ir gratuitamente a los centros médicos estatales en caso de una emergencia durante mi estadía.

¿Pueden ustedes imaginar lo que representaría en la época de esta endemoniada pandemia ofrecer un destino turístico con tales ventajas comparativas y “sin ingredientes artificiales”?

¿Locura o vanguardismo? Por supuesto que no debemos escatimar esfuerzos en asegurarnos de que recibiremos turistas sanos, que cumplan estrictamente las medidas sanitarias lógicas, pero instaurar un seguro a rajatabla lo único que logrará es una cosa: garantizarnos que no vendrán.

astern@lawgical.cr

El autor es abogado.