Dientes para toda la vida

Debemos mantener los dientes sanos por medio de cuidados adecuados. Los implantes dentales son una excelente opción, pero tardíos y evitables

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En La Nación del lunes 13 de junio se publicó un interesante reportaje elaborado por la periodista María Isabel Solís, titulado “Implantes dentales: un rescate de la sonrisa que no muchos pueden pagar”.

Sin querer polemizar, quiero precisar algo relevante y complementario, relacionado con el principio de la vida, la dentadura y la salud oral de los recién nacidos.

Esta parte de la vida, los primeros días, semanas, meses y años son trascendentales para que en el futuro la persona goce de una vida sana, sin necesidad de recurrir a implantes. Por eso, los dientes naturales son para toda la vida y debemos mantenerlos con los cuidados adecuados, mediante la incorporación de hábitos de higiene bucodental.

Los implantes dentales son una excelente opción, pero tardíos y evitables. Lo que hacen es atender la enfermedad, cuando lo esencial es cuidar las estructuras dentales y darles la atención debida desde la niñez para disfrutar de una mejor calidad de vida.

Lo natural es mantenerse sano, lo menos intervenido posible, pues incluso desde el punto de vista económico es lo más conveniente para la persona, la familia y el sistema de salud del país. Debemos tener claro que los dientes son para toda la vida, y no hay razones de peso para perderlos.

Dado lo anterior, es de vital importancia mantener una buena salud oral en todo momento, puesto que desempeña una serie de funciones básicas en el desarrollo del individuo: psicológicas, fonéticas, digestivas, nutricionales, estéticas y emocionales.

Una alteración desfavorable rompe el equilibrio armónico del individuo en uno o varios de estos componentes (como la autoestima) y se pierde el sentido de integralidad del ser y el concepto de bienestar que viene concatenado con el proceso salud-enfermedad.

Es fundamental que la sociedad pondere, valore, considere y asigne recursos a la salud oral por tratarse de una condición esencial de la salud pública.

El autor es expresidente del Colegio de Cirujanos Dentistas.