Derecho de respuesta: Sobre el caso de paciente en diálisis peritoneal

Solicitado a raíz de la nota publicada en nacion.com el 5 de noviembre del 2019 y en la edición impresa, el día siguiente.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

No puedo aceptar las afirmaciones de una fuente anónima en el relato “Mi papá dice que lo deje morir en casa”, publicado en nacion.com el 5 de noviembre y en la edición impresa, el día siguiente.

Los pacientes seleccionados para un trasplante renal son atendidos en este hospital mediante un protocolo y en el registro nacional de receptores hay 125.

Es inaceptable también el argumento de que el papá aún depende de la atención que se le da en el hospital y ella teme que se complique. Sus afirmaciones son contradictorias porque en el servicio de Nefrología se les brinda la misma calidad de atención a todos. Ponemos a disposición de La Nación cientos de testimonios que dan fe de lo que estoy diciendo.

La fuente cae en contradicción al decir que hay diferentes categorías de pacientes. Si la atención ha sido tan mala, ¿cómo explica que el tratamiento dado al padre le alargó la vida de tres meses a cinco años como lo menciona la misma hija? Cuando los pacientes llegan a la etapa más avanzada de la enfermedad necesitan diálisis. Los especialistas los informan sobre condición de salud, tratamientos y procedimientos.

Lástima no haber contrastado la información con la del hospital ni haber consignado el nombre del asegurado para analizar sus criterios contra el expediente.

Las condiciones terminales de un paciente no lo hacen necesariamente candidato a un trasplante renal. Para tomar esa decisión, debe ser valorado por nefrólogos, cirujanos urólogos, psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales, quienes cumplen de manera estricta el protocolo.

Cabe señalar que, si bien no hay farmacéuticos ni nutricionistas de atención exclusiva para trasplante renal, quienes lo necesitan son referidos a esos servicios o se efectúan interconsultas.

A la fecha, el Hospital México no tiene lista de pacientes que cuenten con su propio donador. La primera opción es con donante vivo. El paciente es preparado en tres meses, aproximadamente. En caso contrario, es remitido al registro nacional de receptores para donación cadavérica administrada por el Ministerio de Salud.

Es errado afirmar que “21 enfermos en espera de trasplante de riñón han fallecido por causas atribuidas al descalabro del programa", pues no pueden achacarse las muertes ni al modelo de pago ni a la falta de un trasplante.

Entre un 15 % y un 20 % de los pacientes necesitados de diálisis fallecen, cifra similar a la de otros países. Es previsible que cada dos días mueran personas en diálisis porque la probabilidad de deceso es de 20 a 30 veces mayor que en la población en general, debido a la enfermedad cardiovascular que también sufren, es decir, fallecen por complicaciones de otros padecimientos, no por la falta del trasplante. Cada caso debe ser visto de manera particular.

Firma responsable: Manuel Cerdas Calderón, jefe del Servicio de Nefrología del Hospital México.