La Junta Directiva de la asociación administradora del acueducto comunal (Asada) de La Perla de Guácimo, no se opone al proyecto habitacional como tal. Sin embargo, ha estado vigilante de que se cumpla el artículo 38 de la Ley de Planificación Urbana.
En la nota titulada “Proyecto de interés social en Guácimo está sin agua por disputa entre AyA y Asada”, publicada en este diario el lunes 18, Cecilia Martínez, de la Subgerencia de Sistemas Delegados de Acueductos y Alcantarillados (AyA), declaró que ella otorgó una constancia de capacidad hídrica basada en un informe; sin embargo, omite indicar que la facultad legal de dar vistos buenos es de la Asada, función delegada por el AyA, y tampoco dice que hay una diferencia entre capacidad hídrica (que implica que haya agua en la naciente, lo cual la Asada no cuestiona) y disponibilidad del servicio, lo que requiere infraestructura adecuada para las nuevas necesidades.
De acuerdo con la Ley de Planificación Urbana, el desarrollador debe invertir en mejoras del acueducto y no llevarse gratis la capacidad del sistema, previsto para un crecimiento normal. Por ello, las municipalidades no otorgan permisos de construcción con solo la capacidad hídrica, porque la Asada no da el visto bueno hasta que estén las mejoras hechas, y aquí no están, ni tampoco existe garantía de que se vayan a efectuar; no obstante, en el caso concreto, la Municipalidad de Guácimo otorgó el permiso con solo la constancia de capacidad hídrica y generó el problema de tener viviendas construidas sin contar con el servicio.
La Asada no puede hacer conexiones de agua potable porque pone en riesgo la capacidad del sistema y el servicio de los abonados actuales. Por otro lado, brindar el servicio al desarrollador en esas condiciones implicaría infringir la ley porque se actuaría en contra de lo dispuesto en el artículo 38 de la Ley de Planificación Urbana y de su reglamento.
Sergio Sánchez Vega, presidente de la Asada