Agua para Guanacaste se inventó en los 70

El problema del agua en Guanacaste fue detectado por profesionales hace 50 años y lo resolvieron aprovechando el potencial del embalse Arenal

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Agua para Guanacaste merece respeto porque no es el invento de un gobernante de turno, sino la visión de una generación de profesionales que en la década de los setenta, producto de la materialización del Proyecto Arenal, vieron que era posible un segundo aprovechamiento de las aguas pasadas por las turbinas del sistema hidroeléctrico y aprovecharlas para la agricultura, primero, en la margen izquierda del río Tempisque, y, con un almacenamiento, posteriormente, en la margen derecha.

El 1.° de diciembre de 1979 se hizo realidad el desvió de la corriente, y por esa razón en este 2022 se cumplirán 43 años de beneficiarnos de las aguas que drenaban la vertiente norte y de aprovechar la caída de casi 450 metros entre el embalse Arenal y Sandillal con el propósito de producir, en tres hidroeléctricas, más del 25% de la energía limpia del país.

En paralelo se construyeron dos enormes canales a cielo abierto para conducir las aguas de las turbinas para el uso agrícola en los cantones de Liberia, Bagaces, Cañas y Abangares, ampliable a Carrillo, San Cruz y Nicoya.

El canal del sur llega hoy a la margen derecha del río Abangares y riega unas 15.000 hectáreas. El canal del oeste, extendido con una figura público-privada llamada contrato de concierto, casi alcanza la margen izquierda del río Tempisque e irriga otras 20.000 hectáreas.

Pero el aprovechamiento de las aguas de la cuenca del Arenal no termina allí. El capital hídrico anda por el orden de los 1.500 millones de metros cúbicos anuales después de la generación en turbinas; sin embargo, solo se utiliza, aproximadamente, del 40 al 50%.

Las precipitaciones anuales en la cuenca del Arenal promedian más de 4.000 milímetros, mientras en la cuenca media del río Tempisque ascienden a 1.500 milímetros. Los picos de generación del sistema Ardesa (PH Arenal + Dengo + Sandillal) ocurren en el primer semestre del año, cuando el sistema interconectado nacional requiere más energía eléctrica, casualmente también, cuando Guanacaste tiene más sed (población y producción) y mayor visitación turística.

Dependencia de la lluvia

Antes de continuar, un paréntesis para explicar que Guanacaste posee una condición hídrica dependiente de las precipitaciones, es decir, si llueve, los acuíferos, al ser muy superficiales, se recargan rápidamente, pero con la misma velocidad se secan.

Esta condición es particularmente alarmante debido al cambio climático y la posición geográfica de Guanacaste en el Corredor Seco centroamericano, franja árida paralela a la costa del Pacífico.

Como país, tenemos una riqueza hídrica invaluable en Guanacaste condicionada por el almacenamiento y la ampliación del sistema de conducción y distribución; con una bondad adicional, la mayor parte por gravedad.

En los años ochenta, la consultora Bel Tahal encontró el único sitio en la ruta del agua para la margen derecha del río Tempisque en una depresión natural ubicada en la cuenca del río Piedras.

A principios del siglo XXI, un estudio de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) reafirmó las condiciones y cualidades de ese sitio para un reservorio de unos 80 millones de metros cúbicos, con capacidad para guardar el líquido durante los picos de producción eléctrica que no es posible utilizar en ese momento para riego o piscicultura.

A finales de la primera década del 2000, se llevaron a cabo estudios de factibilidad y de impacto ambiental y diseños de la presa-embalse Piedras, lo cual posibilitó el préstamo del BCIE para el proyecto Paacume.

Componentes del sistema en Guanacaste

Agua para Guanacaste lo conforman tres grandes componentes: la presa–embalse Piedras, la ampliación y extensión del canal del oeste y la red de conducción y distribución en la margen derecha del río Tempisque.

Dentro de la planificación del sistema, el financiamiento del Estado para la presa–embalse es vital. No hay Agua para Guanacaste sin este reservorio y sin administración estatal.

En cuanto a la ampliación y extensión del canal del oeste, es conveniente que el Estado sea el gestor y administrador debido al papel vital que desempeña en la conducción y distribución del agua en la ruta de 55 kilómetros hasta la margen derecha del Tempisque. Sin embargo, se pueden explorar otras posibilidades de cofinanciamiento para la obra.

En lo referente a la red de conducción y distribución en la margen derecha del Tempisque (200 kilómetros, aproximadamente), dada su capacidad de suplir agua para satisfacer diferentes necesidades y actividades, quizás estemos a tiempo de explorar figuras público-privadas para el financiamiento y la operación.

El país ha caminado mucho para materializar Agua para Guanacaste. No debemos devolvernos. Quizás sea válido repensar cómo atender las tres etapas, pero ni el desarrollo de Guanacaste ni el cambio climático nos darán un minuto más de tregua.

No hay duda de que un modelo integrado de gestión del recurso hídrico del embalse arenal, Distrito de Riego y margen derecha del Tempisque, dentro del plan Agua para Guanacaste, tiene el potencial para ampliar el mapa hídrico y, por ende, la visión de desarrollo de la provincia.

Las posibilidades de agua para generación eléctrica, riego, piscicultura, consumo, turismo, deportes acuáticos, pesca, paisajismo, recuperación del caudal ecológico del Tempisque, manejo de cuencas y acuíferos representa una excelente opción con miras al desarrollo sostenible y la mitigación del cambio climático. Hagamos lo que haya que hacer, pero no lo detengamos.

wimumo14@gmail.com

El autor es ingeniero civil pensionado.