¿Estaremos en la era del chantaje, la amenaza, el golpe bajo y la mezquindad? Si queremos ser desarrollados algún día, en el 2021, en el 2099, o sepa Dios cuándo, debemos comenzar por eliminar estas malezas políticas.
Algunos diputados conquistaron la curul, su sueño, para exhibir estas horribles credenciales. Sugerimos a los funcionarios públicos, presentes y futuros, que, a la hora de emitir dictamen o sentencia sobre un asunto morrocotudo, esto es, con posibles efectos políticos, afinen la puntería. No se ajusten al derecho, la moral o el interés público, sino en qué pensarán los diputados a la hora de su elección o reelección para un cargo público eminente. Y hagan cálculos. Ajusten sus decisiones de hoy a los intereses de los diputados de mañana.
Vamos al grano. Al reelegir al magistrado Jinesta en la Sala Cuarta, en días pasados, los diputados del PAC, PAS y Frente Amplio le echaron en cara algunos de sus votos. En años anteriores, el magistrado Luis Fernando Solano tuvo que desistir de su merecidísima reelección en esta Sala y se pensionó por el terrorismo intelectual incoado contra él. El PLN, en cambio, votó recientemente por la reelección del magistrado Armijo sin enrostrarle sus constantes votos contra el TLC.
El PAC se opone a la reelección de Ana Lorena Brenes como procuradora general de la República por “una oposición débil” en el caso de Las Crucitas. La adversan también el M.Libertario por razones políticas y algunos dirigentes póstumos del PLN. Otros se oponen por ser “afín al Gobierno”. Nada de fondo. Todo mezquino. Y, ahora, cinco diputados analizarán, en un mes (sic), los cinco proyectos en antesala sobre la reforma de la Sala Constitucional, blanco favorito, desde el 2006, de extremistas e intolerantes, origen, según estos, de la ruptura del orden constitucional (sic). Cuando los intereses espurios de ciertos diputados contaminan lo esencial, esta reforma nos hace estremecer.
Y ya despuntó la investigación de las concesiones. La integración de la mayoría de la comisión respectiva pone la piel de gallina. En cuanto a la vía a Caldera, ya la Contraloría rindió un informe con señalamiento de responsables. En lo tocante al aeropuerto, fue refrendado conforme a derecho y todo marcha bien. Sobre Moín, la politiquería alcanzará el cenit. Lo que se anuncia ahora, en fin, es un festín de sacadas de clavo y venganzas, de políticos y perdedores, con los misiles dirigidos contra Contraloría General de la República, según amenazas de un político asustado. Y todo recubierto por el manto de la hipocresía: la impunidad de otras épocas frente al desastre vial del país.