Sana crítica: Hong Kong

Parte de la población hongkonesa resiste la injerencia de Pekín y teme la llegada del fatídico 2047.

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Lo que en 1997 fue percibido en Hong Kong como una promesa tranquilizadora —“un país, dos sistemas”—, 22 años después desemboca en una realidad muy distinta y parte de la población resiste la injerencia de Pekín y teme el corto horizonte al 2047, cuando vence su autonomía.

Conocido por los chinos como “el retorno” o “la reunificación”, y por algunos británicos como “la entrega”, la transferencia de la soberanía de Hong Kong en 1997 se produjo dada la compleja situación en que quedarían tres territorios que conformaban una unidad, ya que a unos les expiraba el contrato de arrendamiento de 99 años, mientras que en otros, como Hong Kong y Kowloon, el Reino Unido mantendría el control a perpetuidad.

Así, nació la Región Administrativa Especial de Hong Kong de la República Popular China, a la cual se le permitió continuar su sistema capitalista, con niveles de libertad y autonomía impensables en otros territorios chinos, por un plazo de 50 años que, como dije, vencen en el 2047. La propuesta de Deng Xiaoping favorecía la continuidad de un poderoso motor económico y financiero, significativo incluso para China, pues en 1997 representaba un 20 % de su PIB, reafirmaba su mensaje de apertura y mandaba una señal al Tíbet y Taiwán.

La jefa de gobierno, Carrie Lam, “premiada” por Pekín en el 2017 por su “eficiente” manejo en la contención del Movimiento de las Sombrillas (2014), que luchaba por más democracia, tiene sus días contados después de la peor crisis desde el 97, tras la toma de las calles por dos millones de manifestantes, equivalentes a un tercio de la población.

Lo que comenzó contra un proyecto de ley de extradición y descontento con el gobierno, se ha desencadenado también contra el Partido Comunista Chino y la amenaza de China de recurrir a la fuerza, potestad que le confiere la ley básica de Hong Kong, si se lo pide el gobierno. El mismo gobierno que ha reconocido tener una “responsabilidad dual” frente a Pekín y los hongkoneses (Financial Times).

La amenaza refresca lo sucedido en Tiananmén hace 30 años y manda un mensaje disuasorio para quienes aspiran a la independencia y la democracia, agenda inaceptable para China, la cual, más bien, ha invertido millones en un tren de alta velocidad de Hong Kong a 44 ciudades chinas y el puente Hong Kong-Macao-Zhuhái, el más largo del mundo, con la meta de lograr una mayor integración.

nmarin@alvarezymarin.com

La autora es politóloga.