Reforma urgente

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El calvario de la reparación del “puente de la platina” demuestra la necesidad urgente de hacer algo para mejorar la gestión del sector público. Después de ocho años, distintos gobiernos han sido incapaces de resolver el problema.

Ahora, don Luis Guillermo nos dice que “esta vez sí”, que en un año el problema estará resuelto. Cuesta creerle, pues en el pasado promesas similares nunca se cumplieran.

A finales del 2013, por ejemplo, el exministro Pedro Castro aseguró que en trece meses estaría terminada la reparación. Pasado ese lapso, más o menos, sin que hubiera avances, este gobierno decidió replantear el proyecto para construir un nuevo puente ampliado. Casi un año más tarde, esta semana, nos anunciaron que van a empezar la obra, que debería estar lista en doce meses más.

Si se trata de buscar culpables de los atrasos, estos siempre sobran. Los funcionarios del MOPT, por hacer mal el diseño y los carteles de licitación. La Contraloría, por imponer controles que atrasan los procesos. Los empresarios y funcionarios corruptos, que se ponen de acuerdo para cobrar más caro y atrasar intencionalmente los proyectos. Los mismos empresarios, que apelan injustificadamente. Los políticos, por ser incapaces de que las cosas salgan bien. Los neoliberales por desmantelar el MOPT, que ahora no tiene el personal capacitado para hacer bien las cosas. Y un gran etcétera, que se puede hacer muy largo.

El resultado es una incapacidad para llevar a cabo obras de infraestructura de calidad, en tiempo y costo razonables. Y esto no solo sucede con obras de infraestructura; es un mal de todo el sector público. Por más que se quiera llevar a cabo un proyecto, brindar un servicio, aprobar una ley, o lo que sea que pase por el sector público, la ineficacia y la ineficiencia están por doquier. El entrabamiento del aparato estatal desborda todas las buenas intenciones que pueda tener cualquier presidente o ministro.

Por eso, la reforma del Estado es esencial. El problema es de gestión, no de falta de recursos. En la platina se han gastado $13 millones en los últimos ocho años, sin que nada se resuelva. Ahora se gastarán $14 millones más para construir un puente nuevo.

Si no cambia el funcionamiento del aparato estatal, seguiremos gastando recursos sin devolverle a la ciudadanía lo que esta espera.

Seguir metiendo recursos a un Estado disfuncional es como echar agua en un canasto de mimbre.

Luis Mesalles obtuvo su doctorado y maestría de Economía en The Ohio State University y su bachillerato en Economía en la Universidad de Costa Rica. Actualmente, es socio consultor de Ecoanálisis y gerente de La Yema Dorada. Participa en varias juntas directivas. Anteriormente, fue vicepresidente de la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica, presidente de Academia de Centroamérica, profesor en la Universidad de Costa Rica y en la Universidad Stvdium Generale.