Reestructuración de la CCSS

Los cambios en la estructura y gestión de la CCSS deben tener como fin garantizar una atención médica eficiente y sostenible

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La situación financiera de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) es un problema aparte de la crisis en la atención y la sostenibilidad del Régimen de Invalidez Vejez y Muerte (IVM).

El seguro de salud, sin duda, se ve afectado por la morosidad del Estado, pero debe tomarse en cuenta que el mayor detonante es la situación del desempleo y la informalidad.

También ha faltado fiscalización y revisión de los programas y los costos de los servicios médicos. Sin embargo, la injerencia política, sumada al cambio de perfil demográfico, inciden en una baja en las cotizaciones debido a que la CCSS hasta ahora presta atención a los trabajadores informales, de donde podría obtener recursos para medio tapar el hueco.

No debemos cerrar los ojos a las inversiones sin evaluar costos operativos o hechas por presiones sindicales, ni a los incentivos médicos insostenibles y a la corrupción.

El derecho a la salud

Según la Sala Constitucional, garantizar el derecho a la salud es una obligación del Estado, en términos de prevención y tratamiento. Existe una responsabilidad de la CCSS de brindar un servicio universal e igualitario.

El problema radica en cómo obtener los recursos para que todos los habitantes sean atendidos como merecen cuando van a clínicas y hospitales. La CCSS debería analizar qué servicios provee de manera eficiente y sostenible. Si la institución debe concentrar los servicios universales de salud solo en el nivel primario, y cómo y a quién y bajo qué modelo está la institución en capacidad de asumir la factura de la medicina de una enfermedad compleja.

Urge un análisis financiero para determinar si la institución puede asumir los costos crecientes de una medicina compleja. Debemos estar claros en que la factura requiere un ingreso extraordinario del Estado, o seguiremos viendo crecer las presas en la atención médica especializada.

Una primera solución a esta difícil realidad es la tercerización de la atención primaria. ¿Acaso no se han dado cuenta de que la CCSS es ineficiente debido a su intrincada y costosa estructura? Deleguen cientos de servicios básicos en cooperativas y exijan altos grados de productividad y horarios en función de los asegurados. No es posible aumentar las cuotas a los patronos y trabajadores, ya que esto aumentaría aceleradamente la informalidad.

¿Qué están esperando para usar la tecnología? Los exámenes de radiografías y laboratorio ya los realizan robots. Lo fundamental es tener una población atendida eficientemente y que no se agrave porque no se dio un buen diagnóstico y un tratamiento oportuno.

Tenemos un expediente digital único en salud (EDUS), que costó decenas de millones de dólares y es una fuente de información clave para cualquier diagnóstico con apoyo de la inteligencia artificial, pero la CCSS mantiene la misma estructura y las impresionantes filas de ciudadanos que deben ir a los consultorios privados si quieren curarse.

Situación estructural

Cada día más costarricenses se ven obligados a recurrir a las clínicas y hospitales privados. En muchos casos, esto significa un enorme sacrificio debido a sus escasos recursos económicos. Son personas que cotizan mes tras mes, pero son privadas de las atenciones por las que pagan.

Mientras tanto, los servicios médicos de la CCSS se deterioran debido a la rígida estructura institucional, la falta de innovación y la visión a corto plazo. Es muy complejo administrar una institución tan grande, con una planilla de 63.000 empleados, sin un gobierno corporativo técnico y no político.

El país no necesita una institución de tal tamaño sin direcciones fuertes, y si las que hay fueron mal seleccionadas para ocuparse de las muchas áreas y departamentos que conforman la entidad.

No se debe pensar en nuevas inversiones sin un análisis financiero completo que prevea los costos operativos y el monto. La CCSS requiere un cuerpo de técnicos y expertos en finanzas que estén analizando las inversiones, las compras, los inventarios y la productividad para no seguir incrementando gastos sin evaluación. Esta fórmula está llevando a la institución a una situación asfixiante e inmanejable.

El aumento de la informalidad, la rotación de directores, los costos crecientes, el incremento en el número de personas que recurren a la consulta privada evadiendo la contribución solidaria, la desocupación, el subempleo y la ineficiencia de la institución son un llamado a la reflexión para hacer cambios radicales, partiendo de que la CCSS es la base del desarrollo social y debemos rescatarla.

jorge.woodbridge@icloud.com

El autor es ingeniero.