Radar: Ruptura a mitad del camino

Lo que sin la covid-19 habría sido época propicia para acelerar la recuperación económica y fiscal, se ha trocado en el imperativo de lidiar con la crisis más demoledora enfrentada por el mundo.

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Justo a mitad de su camino, el presidente, Carlos Alvarado, y, junto con él, todos nosotros, enfrentamos este 8 de mayo una gran ruptura. Lo que sin la covid-19 habría sido época propicia para acelerar la recuperación económica y fiscal, impulsar más reformas y afinar la gestión administrativa se ha trocado en el imperativo de lidiar con la crisis más demoledora enfrentada por el país —y el mundo— en una generación: sanitaria, económica y social.

¿Cómo hacerlo en los plazos inmediato (mitigación) y corto (reconstrucción) sin cejar en la reactivación y las transformaciones necesarias para impulsar el desarrollo futuro sin debilitar el tejido humano, político e institucional en que descansa nuestra convivencia? Este es el desafío crucial que no solo toca a las puertas de la Presidencia, sino de la Asamblea y el resto de la nación.

A pesar de los dardos partidistas y sectoriales con que fue recibido —parte de nuestra liturgia democrática—, en su discurso del lunes Alvarado planteó una ruta correcta; en esencia, trabajar al unísono en todos esos ámbitos. Además, perfiló una suerte de “sistema operativo” para hacerlo: visión integral, colaboración público-privada, apego a la evidencia fáctica, equilibrio, agilidad y negociaciones, en el contexto de un Estado social de derecho que, para prolongarse, debe modernizarse.

Las medidas de mitigación, ya en marcha, se enmarcan en lo anterior. La clave son ahora las vinculadas con la reconstrucción, la reactivación y la transformación. Muchas de ellas serán anunciadas hoy. Espero que sigan esa ruta.

El menú tendrá debilidades, insuficiencias, exigencias y límites que generarán disconformidades. Es inevitable, debido al colosal shock de oferta, demanda e ingresos que sufren el país y el mundo, y a la falta de control nacional sobre variables clave. Precisamente por esta complejidad, del Ejecutivo requerimos un liderazgo lúcido, pautas claras y comunicación eficaz; del resto de la sociedad, comprensión crítica, creatividad y paciencia colaborativa.

La recuperación tardará mucho, podrá tener retrocesos y no dependerá solo del Estado, sino de múltiples actores económicos, políticos y sociales: es la naturaleza del binomio capitalismo-democracia. No habrá soluciones fáciles o mágicas. Entendámoslo.

Correo: radarcostarrica@gmail.com

Twitter: @eduardoulibarr1

El autor es periodista y analista.