Radar: Las grietas del ICE

Cuando el ICE empiece a aplicar las normas NIIF, conoceremos la realidad de sus finanzas y temo que saldrán a la luz grietas más profundas que las conocidas.

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¿Evidentes grietas o simples filtraciones? En el caso de la hidroeléctrica Reventazón, con pérdidas en el embalse hasta de 180 litros de agua por segundo, quizá exista campo para el debate técnico. Dejo la respuesta a los ingenieros. Pero lo que ocurre en el seno del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) no admite dudas: padece una profunda grieta de gestión, que amenaza su existencia y genera serios perjuicios al país.

Lo ocurrido con la hidroeléctrica, por sí solo, refleja dramáticamente los males de su progenitor. Según datos divulgados por este diario, a partir de fuentes oficiales, el costo final de la obra creció $800 millones en relación con lo estimado en el 2008; durante su primer año de operación produjo un tercio de la energía prevista; para reparar sus filtraciones deberá estar fuera de operación al menos por tres meses, y, de no haber sido por el freno de la Aresep, se habrían cargado a las tarifas $7,6 millones para asumir parte del costo de reparación.

Pero hay más. Tras perder un arbitraje, el ICE deberá pagar $112 millones adicionales a la empresa Enel Green Power por la construcción de la hidroeléctrica Chucás. El Banco Nacional anunció que le cobrará un crédito de $107 millones que había otorgado a Hidrotárcoles S.A. para construir otra planta: nuevo juicio a la vista, sin ninguna garantía de éxito.

En el tercer trimestre del pasado año, sus pérdidas contables llegaron a ¢47.921 millones, frente a ¢7.208 millones en el mismo período del 2016. Ajustes cambiarios y gastos financieros están entre las razones, pero también una caída en ingresos por ventas de electricidad y telecomunicaciones. Y según un cambio anunciado en la estructura jerárquica del ICE, el grupo de alta gerencia responsable de lo anterior se amarrará a nuevos cargos, de los que solo serían removidos mediante jugosas indemnizaciones.

Frente a esto, la buena noticia es que, tras una decisión de la Sala Constitucional, el Instituto no podrá negarse por más tiempo a aplicar las normas contables internacionales NIIF. Esto permitirá, al menos, conocer la realidad de sus finanzas. Temo que saldrán a la luz grietas más profundas que las conocidas.

Pero la mayor transparencia –forzada– es muy posible que sirva para emprender una reparación profunda en estructura y gestión.

Correo: radarcostarica@gmail.com

Twitter: eduardoulibarr1

Eduardo Ulibarri es periodista, profesor universitario y diplomático. Consultor en análisis sociopolítico y estrategias de comunicación. Exembajador de Costa Rica ante las Naciones Unidas (2010-2014).