Radar: El colapso de la cúpula sindical

La estrategia de los sindicatos derivó en fracaso y ni una coma de su cosecha aparecerá en la reforma fiscal.

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Todavía existen enclaves de huelga, aunque cada vez menores. Para compensarlos, algunos grupúsculos acentuaron la violencia. Sin embargo, presumo que la semana cerrará con el movimiento aún más desinflado y un fracaso absoluto para sus dirigentes, quienes fallaron en sus cálculos y perdieron capacidad de incidir en la reforma fiscal.

Como base para negociar, exigieron lo imposible: que el Ejecutivo retirara el proyecto de la Asamblea. El presidente Alvarado se mantuvo firme en su negativa. Una mayoría de diputados responsables lo apoyó. El plan siguió su curso y ayer quedó listo para el primer debate. Es decir, el tren legislativo dejó a los dirigentes. ¿Cómo justificarán a sus agremiados el trauma del movimiento, que quizá cueste a muchos tres semanas de salarios?

Si, en lugar de aferrarse a una exigencia imposible, hubieran apostado a negociar, quizá habrían logrado algún impacto en la reforma. Pero irrespetaron una regla básica de las negociaciones, que es partir de lo máximo como vía para llegar a un arreglo intermedio, no como exigencia final. Al atrincherarse en lo inalcanzable, abrieron la ruta al fracaso: otro enorme error de cálculo.

Si su fuerza hubiera sido tan grande como pregonaban, quizá habrían forzado al gobierno a ceder. Es decir, no negociar, sino derrotar. Pero aquí también fallaron. Su poder de presión no alcanzó masa crítica; el apoyo legislativo clave no se quebró y su esperanza de amedrentar a los actores políticos se deshizo ante la responsabilidad de estos. La apoteosis del colapso vino el domingo. Tras suscribir un acuerdo preliminar de salida, casi todos los dirigentes fueron desautorizados por sus “bases”, o quizá ellos las incitaron para que los desautorizaran. Pero el saldo no admite dudas: murió la última esperanza de poner, aunque fuera, una coma en el texto.

Todavía no tengo una idea completa de cómo queda la reforma. Seguro es imperfecta. Pero fue lo alcanzable (además de indispensable) tras el enervante proceso de negociaciones. Muy pronto pasará a la Sala Constitucional. La suya será “la madre de todas las decisiones”. Espero que los siete jueces actúen apegados a sus responsabilidades más profundas y no hundan, por tercera vez, un proyecto fiscal que, ahora, es una necesidad de supervivencia nacional.

Correo: eduardoulibarri@gmail.com, Tuiter: @eduardoulibarr1

Eduardo Ulibarri es periodista, profesor universitario y diplomático. Consultor en análisis sociopolítico y estrategias de comunicación. Exembajador de Costa Rica ante las Naciones Unidas (2010-2014).