¿Partidos?

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Luis Alberto Monge, Alberto Fait y Armando Arauz. La fórmula presidencial de 1982 se explicaba por sí misma, tanto como la de 1990: Rafael Ángel Calderón, Germán Serrano y Arnoldo López Echandi. Aquellas papeletas fueron expresión de partidos políticos fuertes en tradición y definición programática. La misma coherencia existió en otras agrupaciones contemporáneas, sin importar su peso en el electorado.

Hoy, las fórmulas presidenciales son un ejercicio de inclusión, no de coherencia, y reflejan el desgaste de los partidos en liza, la extrema flexibilidad de sus posiciones ideológicas y el deseo de atraer votantes, en algunos casos iluso y muchas veces oportunista.

La coartada es la apertura, el llamado a la unidad y el deseo de no excluir talentos y otras bondades, no importa de dónde vengan. El resultado es la confusión, la incoherencia y la impresión de empeñarse demasiado en parecer lo que no se es.

El caso emblemático es el del Partido Acción Ciudadana, cuya fórmula presidencial incluye a la exdiputada Ana Helena Chacón, en su momento adalid de la aprobación del TLC. En el acto mismo de su elección, Ottón Solís, fundador y líder histórico del Partido, le ofreció la absolución para facilitar su tránsito a una vida nueva. “Si ella cambió, está bien”, dijo el ahora aspirante a diputado. Pero la candidata a la vicepresidencia se apresuró a negar todo arrepentimiento.

No ha cambiado. Cambió el Partido, hasta hace poco celoso de la pureza de su militancia, al punto de preferir convenciones cerradas, con exclusiva participación de la “gente PAC”. Ahora, el candidato presidencial dice encabezar “el partido de la diversidad”. ¿Cuánta? Suficiente para tomar a Chacón con la guardia baja, pues se declaró “sorprendida” por el nombramiento.

El PUSC no anda lejos de una confusión semejante. Rodolfo Piza, de la tendencia Renacer Socialcristiano, heredó la candidatura del Dr. Rodolfo Hernández el 9 de octubre. Apenas cabía duda del relevo cuando Carlos Araya Guillén, del grupo Convergencia Calderonista, pronosticó que Renacer presentaría a la asamblea del Partido un candidato sin posibilidad de triunfo. La alusión fue clara. Tres días después, la asamblea ratificó a Piza, con Araya como candidato a vicepresidente y Patricia Vega, exministra de don Abel Pacheco, completando la fórmula. ¿Un renacer de la convergencia?

La candidata a la vicepresidencia del PLN jamás votó por los verdiblancos, la del Frente Amplio fue fundadora del PAC y solo es comunista si eso significa estar a la par de los más necesitados. Para excluir las excepciones, el exministro socialcristiano Thelmo Vargas es ahora candidato de los libertarios. ¿Hay partidos?