No emular al ‘New York Times’

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Una aventajada estudiante universitaria nos invita a reflexionar sobre el papel de la prensa en las elecciones presidenciales. Su tesis es muy provocativa: ¿Debe declarar de frente sus preferencias políticas para que el público sepa de antemano el tinte de la noticia y pueda comparar y escoger sin dejarse llevar por la (oculta) agenda personal de los periodistas? Y cita como ejemplo al New York Times (NYT).

Pienso que el NYT no es un buen ejemplo de periodismo objetivo. Siempre fue sesgado a favor del partido Demócrata y los candidatos afines a su ideología, pero esta vez se le fue la mano. Peca por acción y omisión. Primero, impulsó oficiosamente la candidatura de Donald Trump en las primarias republicanas (prácticamente le hizo la campaña gratuita) por pensar que era el candidato más vulnerable para enfrentar a Hillary Clinton. Pero, una vez nominado, escondió la miel y sacó los cañones.

A juzgar por tantos titulares sesgados y el número de noticias contrarias al republicano (debidamente cuantificados por analistas), está claro que su maquinaria periodística está al servicio de Hillary Clinton. Está bien publicar todo lo malo de Trump, que es mucho, pero no minimizar, o negarse a publicar, lo malo de su oponente, que también es mucho, como las preocupantes alegaciones destapadas por Wikileaks de que, a punto de dejar la Secretaría de Estado, gestionó del corrupto gobierno de Marruecos una donación de $12 millones para la fundación Clinton y, para evadir críticas, no asistió al evento pero envió a su marido e hija a recoger el cheque (tráfico de influencias). El NYT minimizó revelaciones de otras donaciones vergonzosas y su doblez al declarar en público apoyo a los pobres, pero, en privado, endulzar los oídos de Wall Street a cambio de jugosas contribuciones.

Volviendo al punto inicial, dudo que a los medios les convenga casarse con un candidato o un partido. Podrían perder lectores y credibilidad. No es suficiente que un medio como el NYT respalde abiertamente a un candidato presidencial para justificar desmanes. Otros medios de talla internacional, como The Economist o Bloomberg, también han apoyado candidatos en el pasado, pero sin sacrificar la objetividad noticiosa ni analítica para ofrecer a sus lectores un panorama balanceado. Preservar el debido contraste entre las secciones de opinión e información es esencial, pues la libertad de prensa descansa en dos grandes pilares: amplia libertad de expresión y el sacro derecho ciudadano a recibir información veraz y objetiva. El NYT renquea en el segundo pilar.