Los huecos en el gasto público

El sistema tiene costuras abiertas que algunos funcionarios aprovechan para favorecer a quien esté dispuesto a pagar por ello

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Mientras el Ministerio de Hacienda trata de resolver el problema fiscal, por otras partes aparecen tremendos huecos por donde se le escapan al gobierno los colones recaudados en impuestos.

Según el caso cochinilla, el MOPT y Conavi habrían pagado enormes cantidades de dinero en exceso por obras de infraestructura. El monto desviado de acuerdo con el OIJ ascendería a unos ¢78.000 millones. Los hechos investigados serían reflejo de que la corrupción persiste en el Estado.

A pesar de los avances en la digitalización de las compras, aún sin concluir, sigue habiendo huecos en el sistema que otorgan discrecionalidad a algunos funcionarios, que los aprovechan para favorecer a quien esté dispuesto a pagar por ello.

Suelen verse carteles de licitación hechos a la medida, con requisitos para participar tan específicos que solo falta poner el nombre y apellidos de quien será el ganador. Eso muestra también que hay instancias de control dentro del sistema que fallan en la detección de estos problemas a priori.

Otro hueco en el gasto público es el que denuncia la Cámara Nacional de Avicultores, de pago de sobreprecios en las compras de huevos para el programa de entrega de canastas de víveres a estudiantes del MEP.

Si bien el programa tiene aparentes buenas intenciones —ayuda a estudiantes—, el asunto se enreda con la intervención del CNP. Por un lado, el gobierno pretende obligar a todas las escuelas a comprarle al CNP los víveres, sin que este agregue casi nada en términos de servicio. El margen que se deja el CNP encarece las compras, sin ninguna otra justificación más que la de mantener la burocracia de la institución.

Por otro lado, y con la excusa de ayudar a pequeños productores, el CNP paga precios muy altos por los huevos. Como estos productores no pueden abastecer todo lo que requieren las escuelas, son intermediarios los que terminan entregando los huevos a las escuelas, y se quedan con el jugoso subsidio que otorga el CNP.

Es muy fácil repartir dinero cuando no es de uno. El problema es que estos huecos en el gasto público los terminamos pagando los costarricenses a través de más impuestos.

Por eso, vemos que el ministro de Hacienda anda desesperado buscando a qué más ponerle impuestos. Como él mismo dijo esta semana, para justificar un nuevo gravamen sobre las transacciones por Sinpe Móvil: «Donde esté el flujo de dinero, ahí estará Hacienda».

lmesalles@ecoanalisis.org

El autor es economista.