Letras de cambio

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La nueva administración que asuma el gobierno a partir del 8 de mayo se enfrentará a dos grandes retos desde el punto de vista de la macroeconomía: el tipo de cambio y el déficit fiscal.

La fuerte devaluación que ha experimentado el colón en estas semanas presagia un 2014 lleno de volatilidad en el tipo de cambio. Que tanto puede seguir subiendo el tipo de cambio dependerá de las expectativas que tenga la gente. Al menos que la diferencia entre la tasa de interés en colones y la de dólares compense las expectativas de devaluación, la tendencia será a que los inversionistas sigan trasladando sus ahorros de colones a dólares. La mayor demanda de dólares, a su vez, alimenta una mayor devaluación. Pero, en el momento cambie sus expectativas, y piense que el colón ya no se devaluará más, o incluso que empiece a revaluarse, la dolarización de ahorros se detendrá y el colón dejará de devaluarse.

Por eso, la formación de expectativas dentro del mercado es fundamental. Y estas se forman con base a la información que la gente tenga sobre lo que sucede en el mismo mercado y sobre las actuaciones de las autoridades. Si el Central es errático, poco transparente o poco creíble en sus intervenciones, el ambiente de desorden que se genera no es bueno para nadie.

El escenario se complica aún más cuando se considera lo que está pasando con la situación fiscal. O peor aún, lo que puede pasar. Ante la ausencia de medidas que mitiguen el gran déficit fiscal en el corto plazo, el gobierno tiene que ver cómo hace para financiarlo. De un déficit estimado de 1.5 billones de colones para este año, es probable que se pueda financiar una tercera parte con bonos de deuda externa. Aún queda un billón que debe ser colocado internamente, más otro billón de deuda vieja que el gobierno debe refinanciar este año.

El manejo del flujo de caja de parte del tesorero de Hacienda se vuelve crucial en estas circunstancias. Si el gobierno entra en problemas de flujo y muestra mucha cara de necesidad ante los inversionistas, estos exigirán rendimientos más atractivos para compensar por el aumento en el riesgo. Pero, además, el tesorero debe tomar en cuenta que Hacienda compite por recursos contra otras alternativas que tienen los inversionistas. Bajo el escenario actual de devaluación del colón, en que los inversionistas están trasladando sus ahorros a dólares, a Hacienda le costará mucho más obtener recursos baratos en colones.

Al juntar la volatilidad de tipo de cambio con la situación fiscal, el reto al que se enfrentan los que entrarán a administrar el Banco Central y el Ministerio de Hacienda a partir del 8 de mayo es muy grande. La credibilidad que tengan estos funcionarios ante los inversionistas será crucial para mantener la estabilidad financiera. Tendrán que tener un muy buen juego de cintura para sortear los vaivenes que se vienen.