Letras de cambio: Una movida inconveniente

La emisión de deuda “interna/externa” del Ministerio de Hacienda es una buena movida, financiera y políticamente hablando. Pero no es tan claro que sea lo más conveniente para el país desde el punto de vista económico

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La emisión de deuda “interna/externa” del Ministerio de Hacienda es una buena movida, financiera y políticamente hablando. Pero no es tan claro que sea lo más conveniente para el país desde el punto de vista económico.

La emisión de deuda interna, pero colocada en el mercado internacional, le quitaría algo de presión a la subida de tasas de interés locales. El gasto de intereses del Gobierno disminuiría porque una parte importante de la deuda vieja está financiada con tasas variables. Con ello, el déficit fiscal sería menor.

Don Luis Guillermo terminaría su periodo con buenos indicadores económicos: bajas tasas de interés, inflación controlada y tipo de cambio estable. Además, evitaría el estrés de tener que tomar medidas antipopulares, como aumentar impuestos o aprobar la ley de empleo público.

Sin embargo, la estabilidad económica que causaría esta emisión de deuda no sería sostenible. La sensación de estabilidad llevaría a que la gente no conciba la urgencia de aplicar medidas más fuertes para reducir el déficit fiscal.

La entrada de dólares también podría generar una apreciación del tipo de cambio. A los sectores de exportación, turismo y producción locales les costaría, aún más, competir contra empresas extranjeras. La combinación de menos crecimiento, menos empleo y un déficit fiscal sin resolver, eventualmente, produciría el fin de la estabilidad: las tasas de interés, la inflación y el tipo de cambio se dispararían.

La movida del gobierno, que se puede ver muy bien a corto plazo, no necesariamente es lo que más le conviene al país a largo plazo. Termina siendo una quimera, mediante la cual se pospone la toma de decisiones difíciles, aumentando la probabilidad de que el dolor sea mucho mayor en el futuro.

La mejor salida al problema fiscal sigue siendo la generación de mejores condiciones para la promoción de las iniciativas de la gente en lo privado. Eso pasa, necesariamente, porque el gobierno debe invertir mejor para, con ello, crear un ambiente donde la economía y el empleo puedan crecer a su máximo potencial.

Además, debe gastar adecuadamente para que el bienestar de la población general sea el mayor posible. Solo así la gente podría estar dispuesta a pagar con menos disgusto los impuestos que le corresponden, haciendo que la solución al problema fiscal sea más sostenible. Sin quimeras.

lmesalles@academiaca.or.cr