Letras de cambio: Medidas inteligentes

El Estado debe cambiar su papel de policía opresor por el de maestro.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En la estrategia del martillo y la danza, la idea es aplicar medidas duras para bajar el número de casos nuevos de la enfermedad y, así, dar tiempo al fortalecimiento del sistema de salud, evitando su colapso.

Carlos Alvarado dice que esa estrategia ha funcionado, pues, según él, hay una altísima correlación entre la restricción vehicular y los nuevos casos de covid-19.

Pero los números no están tan claros. A mediados de junio, se daban cien contagiados al día. En estos momentos, luego de una etapa de medidas duras, el promedio diario es casi 1.000.

La tasa R, de reproducción de la pandemia, ha bajado desde junio hasta ahora; sin embargo, de acuerdo con el Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica, se debe más al uso obligatorio de mascarilla que a las medidas restrictivas.

Según Tomas Pueyo, autor de la estrategia del martillo y la danza, el martillo ha funcionado en Costa Rica, en vista de la baja letalidad de la enfermedad. El sistema de salud ha podido atender adecuadamente a los enfermos.

No obstante, dado que el número de nuevos casos sigue siendo alto, Pueyo considera que es el momento de cambiar las medidas duras por inteligentes. Recomienda un seguimiento estratégico de la enfermedad, haciendo más pruebas, seguidas por el rastreo de los contactos, el aislamiento de los infectados y la cuarentena de sus contactos. Eso se hace en Costa Rica, pero con poca cantidad de pruebas.

Pueyo indica que deben reforzarse las medidas personales, como el uso obligatorio de mascarilla, higiene personal, distanciamiento físico, evitar lugares cerrados y aglomeraciones.

La nueva etapa Costa Rica trabaja y se cuida, que el gobierno adoptó para setiembre, va más o menos en esa dirección. Toma medidas menos duras y nos pasa a los ciudadanos una cuota más grande de responsabilidad, de cuidarnos nosotros y a quienes nos rodean.

Puesto que la educación pública es fundamental para que esa estrategia funcione, el Estado debe cambiar su rol de policía opresor por el de maestro.

Además, debe evaluar concienzudamente cada medida, en cuanto a su efectividad, para detener la pandemia. No por ser dura la medida es eficaz. Restringir la movilidad en vehículos, por ejemplo, obligando a los que tienen necesidad de ir a trabajar a que tomen el bus, más bien acelera la propagación del virus. Evaluar la inteligencia de cada medida es fundamental.

lmesalles@ecoanalisis.org

El autor es economista.