Letras de cambio: Lucha por la libertad

En el marco de la celebración de los 60 años de ANFE, me otorgaron el Premio a la Libertad ANFE 2018.

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La Asociación Nacional de Fomento Económico (ANFE) cumple 60 años. Son muchos años de luchar por una mayor libertad en Costa Rica.

Me siento muy halagado porque, en el marco de la celebración, me otorgaron el Premio a la Libertad ANFE 2018. Para mí es un honor estar incluido en una lista de distinguidas personas cuyos aportes han contribuido grandemente a la lucha por la libertad, tales como Fernando Trejos Escalante, Rodolfo Piza Escalante, Alberto Di Mare, Cecilia Valverde, Jaime Gutiérrez Góngora, Eduardo Lizano, Jorge Corrales y Juan Carlos Hidalgo.

Quien primero me impulsó a explorar las ideas de la libertad fue mi mentor: Claudio González Vega. Durante mis estudios de doctorado, don Claudio me introdujo al análisis de la economía política. Me motivó a analizar cómo los grupos de interés presionaban a los políticos de turno para conseguir beneficios a su favor. De ahí surgió el tema para mi tesis de doctorado sobre la presión de grupos de interés en el sistema financiero nacional.

De dicho análisis, empecé a darme cuenta de cómo alguna gente utilizaba la estructura política para coartar la libertad de los demás y, con ello, salir muy favorecidos.

Con el tiempo, me fui convenciendo, cada vez más, de que un Estado pequeño, con un menor grado de intervención, era mucho mejor que un Estado grande e intervencionista. Entre más grande sea el Estado, mayores son las posibilidades de que pequeños grupos busquen rentas que les favorezcan, en contra de la gran mayoría.

Pero esa conclusión no está tan clara para la mayoría de los costarricenses. El pensamiento del tico, en cuanto al papel del Estado, más bien, es contradictorio. Por un lado, desconfiamos, y mucho, de los políticos. Por eso no queremos pagar más impuestos.

Es decir, no queremos un Estado más grande. Pero, por otro lado, exigimos al Estado intervenir en más actividades (monopolios estatales, protección para productores locales, controles de precios) y que gaste más en educación y salud pública, en pluses para los empleados públicos, en pensiones de lujo. Es decir, pedimos un Estado grande. De esa contradicción surge la actual crisis fiscal.

Con esa actitud, pareciera que los costarricenses no queremos ser libres, sino siervos menguados. No nos damos cuenta de que la restricción de la libertad genera una gran pérdida a la sociedad.

Por eso, la lucha por la libertad es permanente.

lmesalles@ecoanalisis.org