Letras de cambio: La estrategia del gobierno

La estrategia del gobierno para el 2019 se resume en conseguir financiamiento externo para aliviar la presión sobre el mercado financiero nacional y no estrujar al sector privado

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El financiamiento del déficit fiscal seguirá siendo tema de discusión durante el 2019. El trabajo para solucionar la situación fiscal no ha terminado, tal y como hemos venido diciendo. El Programa Macroeconómico que presentó el Banco Central lo confirma.

A pesar de la aprobación de la reforma fiscal, el Banco Central advierte que el déficit fiscal será más alto este año que el pasado. Dada la aplicación gradual de la ley, la deuda seguirá creciendo durante los próximos cuatro años. De ahí que la presión por el financiamiento de las finanzas públicas seguirá siendo un lastre para la economía.

Los números no fallan. Para el 2019, el gobierno proyecta un déficit de ¢2,3 billones. El Banco Central estima que el ahorro nacional, aproximado a través de la riqueza financiera, crecerá 8,5 % este año. Eso son, casualmente, ¢2,3 billones de nuevo ahorro disponible. O sea, apenas para cubrir el déficit fiscal.

Pero, si el gobierno captura todo el ahorro nacional, no quedaría nada disponible para financiar otras actividades: las privadas. Es un caso típico de estrujamiento, en que el sector público deja al privado sin acceso al crédito disponible.

Sin embargo, el Banco Central dice que el crédito crecerá 4,9 % (¢1 billón). ¿De dónde saldría ese dinero, si no hay ahorro disponible? Deuda externa es la respuesta del gobierno. De ahí la propuesta para que la Asamblea autorice la emisión de eurobonos, más la idea de volver a colocar bonos locales en el mercado internacional y la posibilidad de adquirir prestamos con organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial, BID). Eso sumaria, según el Central, ¢1,6 billones, suficiente para que quede dinero para prestarle al sector privado y así ayudar a la reactivación económica.

La estrategia del gobierno para el 2019 se resume en conseguir financiamiento externo para aliviar la presión sobre el mercado financiero nacional y no estrujar al sector privado para que la economía pueda crecer a un mayor ritmo y así salir poco a poco de la apretada situación fiscal. Esta estrategia depende, muchísimo, de cómo lo perciban inversionistas locales e internacionales y organismos multilaterales. Si ellos creen que el gobierno puede reducir el déficit primario a cero en cuatro años, a pesar de que este año la reducción es baja, estamos salvados. Si no, los números del Banco Central no cierran.

El autor es economista