La gente merece vivir en casas y barrios dignos

Es necesario comprender la importancia de la planificación y contar con herramientas modernas en el INVU y las municipalidades

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La Ley de Planificación Urbana necesita cambios con vistas a acabar con el caos que incide en la calidad de vida de las personas. Cada cantón planifica sin evaluar las condiciones de los otros y, en consecuencia, se forman presas interminables que van en aumento, a pesar de las cortas distancias.

Se construyen carreteras, autopistas, radiales y caminos vecinales sin prever el mantenimiento y el crecimiento habitacional, sin verificación de las fuentes de agua, las telecomunicaciones, la infraestructura educativa y otras variables. Al final, suben los costos y se pone en peligro la sostenibilidad.

El país carece de una cultura de planificación a largo plazo. Los limitados planes reguladores no se actualizan. La inteligencia artificial y el apoyo de las tecnologías satelitales no son empleados en la planificación estratégica. Todavía usamos herramientas arcaicas.

Es un hecho que debemos apoyarnos en las nuevas herramientas tecnológicas si queremos tomar mejores decisiones a largo plazo e integrar todas las variables sociales, ambientales y económicas. Es impresionante la improvisación y el crecimiento del desarrollo urbanístico, en muchos casos por presiones políticas.

Reestructuración del INVU

Es necesario comprender la importancia de la planificación y contar con herramientas modernas en el INVU y las municipalidades. Hay que apoyarse en la experiencia, capacidad y recursos de los países miembros de la OCDE.

Las instituciones deben contratar profesionales con gran capacidad y liderazgo. La ley del INVU debe modificarse para que sea más ágil y que cuente con directores profesionales de diferentes perfiles, que tengan una visión clara de la significación de un desarrollo sostenible.

El INVU debiera tener equipo y profesionales de primer orden, una ley y recursos financieros que le permitan ejecutar la labor de ordenar y aliarse con las municipalidades y las empresas privadas.

El INVU debe dejar los programas financieros de ahorro al Banhvi. Es esencial que el presidente del INVU tenga rango de ministro y se concentre en sus labores la planificación urbana para resolver el problema de los asentamientos humanos.

El Banhvi debe preocuparse, en conjunto con el INVU, de ser el brazo financiero para canalizar recursos hacia la clase media y los más vulnerables. El Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos, su equipo, personal, presupuesto y funciones deben ser absorbidos por el INVU.

Asentamientos humanos

Se han fundado ciudades en regiones vulnerables, sin permiso y sin título de propiedad. La metodología para aprobar los planes reguladores debería revisarse para adecuarla a las mejores prácticas de la OCDE.

Tenemos que aprender de este club selecto de países para emplear herramientas modernas. Hay que redactar normas e instrumentos técnicos con las nuevas tecnologías, entre estas, la inteligencia artificial, que facilita planificar utilizando simulaciones para determinar cuál será el mejor uso del suelo y las condiciones óptimas para transformar o conservar el terreno.

Lo que no debemos es seguir creciendo sin una visión del futuro sobre los elementos críticos para el disfrute pleno y equitativo de los espacios. Tampoco deberíamos seguir aumentando la huella de carbono.

Cada vez se complica más el tránsito, el ruido es insoportable y el tiempo y costo de traslado son mayores debido a la falta de planificación urbana. Toda nueva construcción de anillos periféricos, autopistas o ampliación de carreteras al poco tiempo de inaugurarse está saturada.

Un ejemplo es que después de decenas de años del diseño y construcción de los anillos periféricos estos se vuelven obsoletos debido al crecimiento horizontal y desordenado, al incremento de la cantidad de vehículos y la falta de un buen sistema de transporte público.

El crecimiento caótico urbanístico nos obliga a revisar los servicios públicos, verticalizar los principales centros de población, revivir una primera etapa del tren eléctrico y cuestionarnos si seguiremos fomentando el desarrollo urbanístico en “islas”, como lo hemos hecho en los últimos 50 años.

Hay que repoblar los centros urbanos dando más incentivos y más seguridad, así como construyendo aceras amplias, parques urbanos y facilitando que las ciudades tengan vida todo el día y toda la noche.

El hacinamiento

El crecimiento de la población, la falta de planificación y los crecientes problemas sociales causan la concentración de poblaciones muy vulnerables en terrenos públicos sin servicios, sitios que son invadidos y poblados en condiciones infrahumanas.

Los asentamientos humanos en su mayoría no disponen de las mínimas condiciones de servicios, tales como tratamiento de aguas negras, manejo de desechos sólidos, electricidad, iluminación, conectividad y lugares de recreo.

Son sitios donde el peligro de incendios es constante y los niños sufren debido a la carencia de centros de enseñanza y condiciones salubres. La drogadicción, el alcoholismo, el estrés, la violencia intrafamiliar, enfermedades causadas por mosquitos y otras condiciones acortan la vida de esos ciudadanos sin rostro, que los políticos buscan durante las elecciones.

No queremos verlo, pero los asentamientos humanos son una triste realidad, donde las condiciones socioeconómicas producen desesperanza, porque sus habitantes ven los gobiernos pasar y las condiciones no cambian, más bien empeoran.

Incendios, deslizamientos e inundaciones son causa de temor porque son viviendas construidas en terrenos de alto riesgo. Lo triste de esta realidad es que en los precarios viven más de 400.000 personas.

La informalidad y la pobreza no ceden, a pesar de las decenas de programas y recursos que Costa Rica invierte en el combate de este flagelo social. El narcotráfico se esta apoderando de los precarios y el gobierno tiene que actuar antes de que sea tarde.

Reformemos el sector, denle fortaleza financiera, funcional y política al INVU, para que sea rector de los problemas urbanísticos.

jorge.woodbridge@icloud.com

El autor es ingeniero.