¿Es posible que Costa Rica se vanaglorie por la calificación de jaguar dada por un banco internacional que solo ve una cara de la economía y la baja del desempleo? Para quienes vivimos aquí, salvo por la ventaja que estos números proyectan en la rebaja de las calificadoras de riesgo, debemos preguntarnos si no estamos vendiendo al exterior una imagen parcializada e irreal del país. Quizás según algunos parámetros macroeconómicos los números se ven bien, pero si pasamos a la microeconomía, la realidad resulta muy muy diferente.
Cito al respetado economista, además de especialista en pobreza, Ronulfo Jiménez y su artículo “Crecimiento sin empleo”, en el que desgrana las cifras del desempleo y señala nuestra triste realidad. Se puede hablar de crecimiento, deflación y baja de desempleo, pero al desmenuzar estos números podemos ver la tragedia social que se está convirtiendo en tendencia ya por varios años, como lo es que la caída en el desempleo responde a personas que simplemente dejaron de buscarlo, y se retiraron en total 245.000 de la fuerza de trabajo en 12 meses, lo que representa casi un 10 % de la población en edad para trabajar.
Esto último es importante, pues se ha argumentado que el desempleo obedece a la pensión y al envejecimiento de la población, lo cual es parcialmente cierto, pero representa una cifra poco significativa del tsunami de salidas de la fuerza laboral, que por cierto ha golpeado con más fuerza a las mujeres, el eslabón más débil de nuestra economía.
Este fenómeno genera otras consecuencias. Al salir un número tan considerable de empleos de la economía, aumenta el peso relativo del sector formal en relación con el total, lo que pareciera bueno, pero es otra falacia en este espejismo de bienestar macroeconómico.
Dentro de este contexto, recomiendo la lectura de las propuestas del nonagenario y gran economista don Eduardo Lizano, jerarca del Banco Central en cuatro gobiernos, quien siempre comprendió el difícil equilibrio entre las cifras económicas y su impacto social, y si esto no fuera suficiente también recomiendo leer las posiciones de la exjerarca de la Fed, hoy secretaria del Tesoro, quien siempre argumentó que para la Fed tan importante como controlar la inflación era la generación de empleo.
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La autora es politóloga, miembro del Advisory Board del Wilson Center en asuntos para América Latina.