Instituciones desenfocadas

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La Contraloría General de la República ha venido denunciando, en los últimos meses, casos que demuestran que el Estado costarricense está desenfocado. Algo no anda bien cuando tenemos una empresa refinadora que no refina, una de electricidad que se dedica a supervisar obras de infraestructura y otra de seguros que financia programas de empleo.

La Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) dejó de refinar petróleo hace varios años. Luego de invertir enormes sumas de dinero en tratar de modernizar su planta, al final decidió cerrarla. Ahora se dedica, exclusivamente, a ser importadora y distribuidora de los derivados. Pero sigue gastando dinero en personal de refinación, que no trabaja en eso, y en “estudios de factibilidad” para una nueva refinería.

Encima, la alianza de Recope con la empresa estatal china está diseñada para garantizarle una jugosa rentabilidad al gobierno chino. Eso solo es posible si se mantiene la condición de monopolio en la refinación y distribución de petróleo, de manera que los sobrecostos se le trasladen a los consumidores costarricenses.

Al ICE, que empezó como el Instituto Costarricense de Electricidad, se le dio luego la tarea de las telecomunicaciones. Ahora el gobierno quiere que se dedique también a la supervisión de obras de infraestructura. En realidad, el ICE ha demostrado, en su historia, que tiene capacidad para llevar a cabo grandes obras de infraestructura. Sin embargo, el costo de las obras nunca ha sido cuestionado. Eso es peccata minuta. De todos modos, cueste lo que cueste, por la característica de servicio público en monopolio, los consumidores terminamos pagando el “costo”.

El Instituto Nacional de Seguros (INS), por su parte, le ofreció al gobierno que aportaría ¢10.000 millones al programa Mi Primer Empleo del Ministerio de Trabajo.

El dinero saldría de las utilidades que ha tenido el INS por varios años, y que pudo extraer de los asegurados nacionales, otra vez, por su condición de monopolio (hasta hace poco).

La Contraloría cuestiona la legalidad de pretensiones de estas instituciones. Pero más allá de lo legal, el problema es el desenfoque que se da en estas instituciones. Quieren hacer mucho, y al final terminan haciendo poco. El que mucho abarca, poco aprieta. Su condición monopólica (o cuasi monopólica) les ha permitido estar desenfocadas y ser ineficientes. Pero la globalización castiga fuerte a los que se duermen en sus laureles. Los ticos no podemos darnos el lujo de seguir pagando los platos rotos de esas ineficiencias.

Luis Mesalles obtuvo su doctorado y maestría de Economía en The Ohio State University y su bachillerato en Economía en la Universidad de Costa Rica. Actualmente, es socio consultor de Ecoanálisis y gerente de La Yema Dorada. Participa en varias juntas directivas. Anteriormente, fue vicepresidente de la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica, presidente de Academia de Centroamérica, profesor en la Universidad de Costa Rica y en la Universidad Stvdium Generale.