Enfoque: ‘Países de mierda’

Trump dijo lo que piensa una gran cantidad de sus connacionales.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

“¿Por qué debemos aceptar migrantes de “países de mierda”?”. Lo dijo la semana pasada el señor Trump, presidente de Estados Unidos, durante una reunión con políticos de su país. Esas naciones, pura materia fecal en opinión de Su Excelencia, están en África y América Latina, pues, a sus ojos, ahí vive mucha gente fea, es decir, rostros café con leche y negros.

El señor, nos enteramos, prefiere a migrantes de Noruega, blancos y nórdicos, pero, ¡claro!, la pregunta es para qué los noruegos querrían ir a Estados Unidos si las condiciones de vida son mejores en su país. Eso, sin embargo, es harina de otro costal.

Luego, por supuesto, vinieron los desmentidos. Su Excelencia, que nunca ha mentido ni hecho cosas peores, dijo que no dijo lo que dijo. Un par de republicanos procuraron defenderlo diciendo que no habló de “países de mierda”, sino de “casas de mierda” y que, por supuesto, jamás pensando en algún país en concreto.

Nadie disputa su preferencia por los inmigrantes blancos y su desdén por los de otros colores.

Al irse de jeta, Trump armó un embrollo internacional. Ha habido protestas formales en los países aludidos y llamadas a embajadores norteamericanos.

A no dudarlo, a su Excelencia le dio un ataque de sinceridad. Tiene una amplia trayectoria de actos y declaraciones racistas. En cierto sentido, su transparencia es de agradecer porque ya no puede navegar con bandera de pendejo en esta materia. Un ángulo interesante de todo esto es que dejó patentes dos asuntos: que don Trump dijo lo que piensa una gran cantidad de sus connacionales y que hay un formidable aparato de propaganda a su servicio, la cadena televisiva Fox News, que hizo hasta lo indecible para exculparlo y maquillar el exabrupto. Realidad alternativa.

Lo que más me molesta, sin embargo, es pensar que aquí en Costa Rica hay mucha gente que, en materia de inmigración, tiene (mutatis mutandis) un punto de vista racista a lo Trump. Los nicas son despreciados, pero nos despatarramos cuando los migrantes son europeos y norteamericanos, especialmente los rubios, blancos y de ojos azules. Esos vienen a mejorar la raza.

Ese racismo, a veces solapado y otras veces abierto (cuando hay tragos y chistes de por medio), no es de ahora, sino desde el siglo XIX. Es cosa de revisar documentos oficiales y declaraciones de políticos.

¿Díganme si los insultos de Trump no ponen nuestras barbas en remojo?

vargascullell@icloud.com

El autor es politólogo.