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Casi todos los días aparecen en la prensa noticias que nos dejan estupefactos y nos llevan a preguntarnos sobre el grado de raciocinio de sus autores, dada su incomprensión o su distanciamiento de la realidad. La culpa reside no en los periodistas que las redactan, sino en las fuentes de donde provienen.

Una de tantas es la siguiente: Descanso de los diputados debilita patrullaje antinarco, referente a las vacaciones de los diputados sin aprobar el permiso correspondiente para el atraque de 41 barcos del Servicio Nacional de Guardacostas de EE.UU. y de un buque de la Armada de ese país. Dicho permiso se otorga cada seis meses para el abastecimiento de gasolina, conforme a los lineamientos del patrullaje conjunto de ambos países. La Embajada de EE.UU. había solicitado el permiso en dos oportunidades antes del 8 de julio, cuando los diputados salieron a vacaciones.

Esta es una situación de alta peligrosidad, como declaró el ministro de Seguridad Publica, Mario Zamora, por ser un mensaje al narcotráfico sobre nuestra irresponsabilidad en cuanto al resguardo de nuestras costas. Los diputados volverán a sus funciones el 22 de julio, cuando retomarán este tema vital para nuestro país. Recordemos que, entre enero y mayo de este año, gracias al patrullaje, se detuvieron ocho lanchas rápidas y una pesquera. Asimismo, se decomisaron 5 toneladas de cocaína y 2,5 toneladas de marihuana en el mar y una cantidad parecida en tierra.

Si, ante estos datos, que constituyen una dádiva de EE. UU. para el país y un acto de solidaridad, en punto a una verdadera invasión del territorio nacional, no reaccionamos con vigor, en nuestra defensa, ¿cuándo lo haremos? El narcotráfico está llevando a cabo una ofensiva real contra el territorio nacional y contra nuestros más caros y sensibles valores, y, al parecer, nosotros seguimos adormecidos. No puede afirmarse, en modo alguno, que hemos sido indiferentes y que no nos ha importado la suerte del país, pero, en verdad, nuestra reacción no ha estado a tono con la magnitud de la agresión.

La información de ayer de este periódico da cuenta de la actitud de un grupo de diputados frente a la penetración del narcotráfico. En verdad, no se pueden equiparar sus argumentos o, mejor, sus pretextos con la magnitud de este problema nacional. El presidente de la Asamblea Legislativa, Luis Fernando Mendoza, mantuvo una reunión de emergencia, el 4 de julio pasado, con los jefes de fracción para poner el tema en agenda. Sin embargo, este esfuerzo, como otros, no cristalizó. Los diputados más opuestos fueron los del PAC con razones impropias de un desafío de tan alta prioridad.