En Guardia

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El mandato del presidente de la FED, Ben Bernanke, vence al despuntar el próximo año. Trascendió que él no quiere continuar ni el presidente Obama lo piensa reelegir. Eso lanza una incógnita concatenada: ¿quién lo sustituirá y por qué?

A mi juicio, “quién” es menos importante que el “por qué”. Hay dos candidatos liderando la lista de posibles designados: Janet Yellen y Larry Summers, ambos muy calificados. No es claro quién la lleva. El presidente Obama –en cuyo cuño recae la designación– no ha querido soltar prenda. Pero sí dijo algo que para los economistas y empresarios es relevante.

“Para aquella persona que ocupe el puesto –dijo– la inflación no será el reto sino el desempleo, y lograr un crecimiento rápido, robusto y sostenido”. Esas palabras, pronunciadas con claro conocimiento de la relación de causalidad entre el crecimiento de la producción y la generación de empleo, por un lado, y, por otro, la intensa disputa entre qué es más importante: controlar la inflación o estimular la producción, nos invitan a especular en más de una forma. Larry Summers y Janet Yellen encarnan esa discusión.

Summers es el halcón; Janet, la paloma. Entre ambos hay una visión muy distinta de lo que debe hacer un banco central y los riesgos envueltos en cada una de las posiciones. Summers piensa que la política monetaria ha marchado en demasía por el camino de la liquidez, y duda de que emitir más produzca algún efecto positivo en la recuperación. En eso, lo acompañan otros directores de la FED ubicados en posición minoritaria en el poderoso Comité de Operaciones de Mercado Abierto que decide las tasas de interés. Piensan que llegó la hora de suspender las compras de bonos e hipotecas para no despertar a un perro dormido: la inflación.

A los economistas como Janet Yellen les dicen “palomas” ( dovish ), pues suelen ser mansos en la lucha con la inflación y suaves con el crédito y liquidez para estimular el crecimiento y empleo. ¿Acariciará Obama la paloma? De fijo, quiere reducir el desempleo en su gobierno, a riesgo de pasar el fardo de combatir la inflación futura al sucesor. Aquí, este tema se discutió, pero muy tangencialmente. Patricia Pérez, nuestra grácil palomita criolla y diputada independiente (muy independiente), propuso reformar la ley del Banco Central y poner en el mismo plano de igualdad la inflación y crecimiento. Pero su proyecto fue víctima de los halcones, algunos del propio Banco Central. Yo fui uno de ellos (mea culpa). Ahora pienso que se debió haber discutido más, en un ámbito académico. Pero nunca es tarde para redimir a las palomas y atar a los halcones (o a la inversa).