En Guardia: Telegrama macroeconómico

El Banco Central aduce que sin financiamiento externo subirían en el mercado las tasas de interés, pero ignora otra opción válida: reducir más el gasto público.

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Si pudiera telegrafiar una opinión financiera a las calificadoras de riesgo y a las autoridades gubernamentales y a las bancarias, así como a los diputados, los empresarios, los trabajadores, los consumidores y “a quien pueda interesar”, diría así:

1. Gracias por su interés en la situación macroeconómica de Costa Rica. Veo, a la vez, acciones positivas (controlar la inflación) y negativas (financiamiento externo) en una especie de claroscuro que me impide dar opinión definitiva. Ustedes tendrán que hacer su propia tarea.

2. Tenemos un experimentado hombre proveniente del Fondo Monetario que no quiso (o no lo dejaron) tocar sus puertas para pedir un programa de estabilización financiera a cambio de financiamiento externo sujeto a (verdaderas) condiciones para asegurar el éxito. ¡Lástima! Habría sido la piedra filosofal para enderezar el brazo a las calificadoras, disipar dudas y volcar, definitivamente, las expectativas para catalizar la inversión interna y externa. Pero no todo está perdido. Tal vez los diputados se atrevan a exigir un convenio de stand by a cambio de aprobar una nueva emisión de eurobonos.

3. El Programa Macro aprobado por la Junta Directiva del BCCR presenta dos panoramas alternos: uno optimista y otro pesimista. El primero presupone (prácticamente asegura) que los parlamentarios aprobarán los $6.000 millones sin refunfuñar; el otro, más tremendista, pinta las siete plagas que sobrevendrían si dicen que no a más financiamiento externo. Ninguno de los dos es persuasivo. El primero menosprecia la capacidad de comprensión y decisión de los legisladores (trata de intimidarlos y pasarles por encima); el segundo falla al negar tácitamente otras opciones válidas para evitar la supuesta crisis: reducir el gasto público (upfront, como pide el Fondo) y otras reformas estructurales para darle viabilidad futura.

4. El primer escenario peca de exceso y podría estar sobrado. Si le aflojan (aun refunfuñando) $1.500 millones en el 2019, el Banco Central acumularía más de mil millones en reservas. En términos del PIB, pasarían de un 12,5 % el año pasado a un 14,2 % en el 2019. Por otra parte, dice que sin financiamiento externo subirían las tasas de interés al financiarse en el mercado interno, pero ignora otra opción válida: reducir el gasto upfront. Simultáneamente, caerían las necesidades de financiamiento local por lo cual también bajarían las tasas de interés, mejorarían las expectativas y aumentarían la inversión, el crecimiento y el empleo. Es la opción que más me gusta.

jorge.guardiaquiros@yahoo.com

El autor es economista.