¿Acertaron las entidades y firmas consultoras en sus apuestas iniciales (sin revisiones) sobre las principales variables macroeconómicas en el 2017? En febrero pasado, di a conocer las de las más connotadas: el “ABC y E” de la economía nacional. Hoy veremos cuán cerca, o lejos, anduvimos de la realidad.
PIB. Se estima que la producción crecerá cerca del 3,4 % en el 2017. La firma cuyas siglas se inician con “C” sería la que más se acercó (3,5 %) y le asignamos la medalla de oro. La más distante fue “B” (4,1 %) y le dimos el premio de consolación: medalla de cartón.
Déficit fiscal. El déficit financiero del Gobierno Central podría cerrar en un 6 % del PIB. De confirmarse, “B” ganaría el oro al haber pronosticado 5,9 % del PIB; “E” predijo 5,1 % (cartón).
Inflación. El IPC subió un 2,57 % en el 2017. “A” acertó casi al 100 %, para el oro (2,6 %). Los demás anduvimos cerca: yo predije 2,5 %; “E” 2,9 %; “B” 3 %; y “C” se fue más lejos: 3,2 % (cartón).
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Tasas de interés. La básica pasiva cerró en 5,95 %. “E” predijo 6 % y ganó el oro. La más lejana fue, de nuevo, “C”: 6,5 % (cartón). Las demás —“A”, “B” y yo— coincidimos al señalar la tendencia al alza, pero sin puntualizar.
Tipo de cambio. La depreciación acumulada entre enero y diciembre fue del 2,5 % (promedio Monex). Todos anduvieron lejos, salvo este servidor que apostó por el 3 % (oro); “E” la estimó en 5 % (cartón); “C” en 4,5 %; y “A” solo dijo la tendencia. La apuesta, en el fondo, era sobre el tipo de cambio de equilibrio. “B” no participó; de haberlo hecho, habría ganado.
Reservas. Se iniciaron en $7.574 millones en enero y cerraron en $7.150 millones en diciembre. “B” fue la que más se acercó (oro). “C” predijo una pérdida de $500 millones y “E” de $525 millones (cartón). En el 2.º semestre, se repuso mucho de lo cedido al inicio. La apuesta implícita era también el valor del colón y las tasas de interés. Eso, junto al eventual cambio de gobierno, hará de la predicción para el 2018 un reto formidable.
Conclusiones. Al igual que con el premio mayor de la lotería, las preseas se repartieron aleatoriamente. “A” ganó un oro al predecir la inflación; “B” ganó dos: reservas y déficit fiscal (credibilidad); “C” ganó una medalla de oro por el crecimiento del PIB, pero tres de cartón; yo gané un oro por la devaluación; y “E” acertó muy bien la tasa de interés (oro). La conclusión, al apostar, la simboliza muy bien el viejo refrán: no deben ponerse todos los huevos en la misma cesta.
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jorge.guardiaquiros@yahoo.com
El autor es economista y abogado.