El buen jefe de familia

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Un buen jefe de hogar se preocupa por las finanzas de su familia. La tarea no es fácil, pues debe buscar cómo satisfacer las múltiples necesidades de todos los miembros, con los limitados recursos disponibles. El buen jefe debe buscar un equilibrio entre lo que ingresa y lo que se gasta. Habrá momentos en que el egreso supera el ingreso, como al decidir, por ejemplo, comprar una casa. Pensando en que eso traerá mayor bienestar al hogar en el futuro, el jefe de familia puede tomar la decisión de recurrir a un préstamo.

En otras ocasiones, puede que los ingresos no alcancen siquiera para cubrir los gastos corrientes (sin inversión). Si se piensa que la situación es temporal, se puede recurrir a un préstamo, esperando que los ingresos aumenten más adelante, y, con ello, cubrir todas las necesidades, más la deuda nueva con sus intereses.

Pero a veces sucede que la situación no se corrige. El ingreso de la familia no aumenta porque el patrón rechaza la solicitud de aumento de salario, al considerar que el rendimiento en el trabajo no es suficientemente bueno. La deuda empieza a crecer y, con ello, el pago de intereses.

Entonces, viene el momento de recortar los gastos no indispensables. Aunque suene lógico, es doloroso. Surgen protestas de parte de los miembros de la familia. Nadie quiere que le recorten su estilo de vida actual, ni sus privilegios. Siempre lo de uno es más importante que lo de los demás.

Otra opción es recurrir a la mejora de los ingresos por la vía de más y mejor trabajo. Un segundo miembro de la familia busca trabajo. Otro lleva un curso de inglés, para, con ello, conseguir un mejor empleo. Otro consigue un segundo trabajo de noche. En fin, todos los miembros de la familia buscan como generar mayores ingresos para así salir del bache.

Emmanuel Macron, presidente de Francia, ve cómo el pueblo francés está en una espiral de deuda creciente. Recién ingresado al gobierno, propone medidas para resolver el problema. Por un lado, propone erradicar la “adicción al gasto” de los franceses. Por otro, plantea medidas para la promoción de más inversión y producción de las empresas privadas. Para ello propone, entre otros, rebajar los impuestos a las empresas, hacer más inversión en infraestructura y fomentar un ambiente propicio para que las empresas innovadoras se instalen en Francia.

Así actúa un buen jefe de familia.