Dolarización

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El Banco Central está preocupado por los riesgos que implica el alto grado de dolarización de los créditos en el sistema financiero. Tiene razón. A los riesgos normales de prestar, cuando se hace en una moneda diferente a la que el deudor genera ingresos, hay que agregarle otro riesgo: el de la devaluación. Lo malo es que, para resolver el problema, el Banco Central no está tomando el mejor camino.

La dolarización del crédito se da porque los deudores encuentran más barato pedir prestado en dólares que en colones. De ahí, el Banco Central resuelve que debe aumentar el costo de los préstamos en dólares, para que se parezca al de colones. Provisiones más altas para los préstamos en dólares. Impuestos y encajes para los créditos que traen los bancos del exterior. Ahora quieren agregar más restricciones, obligando a los bancos a pedirle permiso al Banco Central para endeudarse en el exterior y aumentando el encaje para depósitos en dólares.

Algunas de esas medidas están bien orientadas, ya que buscan una mejor medición del riesgo que implica prestar en dólares. Sin embargo, con ellas el Banco Central no ataca las causas reales. El problema no es que los créditos en dólares sean baratos, sino que los de colones son caros.

Por un lado, el elevado déficit fiscal hace que el gobierno tienda a acaparar los escasos ahorros que existen en el país. Estruja así al sector productivo, elevando las tasas pasivas en colones.

A eso hay que sumarle el alto margen de intermediación. Este proviene del poder oligopolístico de los bancos estatales, que se traduce en un bajo grado de competencia en el mercado financiero de colones. En esas circunstancias, las ineficiencias de dichos bancos se reflejan en elevadas tasas activas. Como en el mercado de dólares hay más competencia de parte de los bancos privados, el margen y las tasas activas en esa moneda son más bajos.

El otro componente son las expectativas de devaluación. Mientras los deudores perciban una gran estabilidad en el tipo de cambio, no creerán que existe un riesgo importante al pedir un préstamo en dólares. Ahí, el Banco Central tiene buena parte de la culpa, pues ha exagerado en su política de evitar “fluctuaciones violentas” del tipo de cambio.

Al no impulsar soluciones que ataquen las causas estructurales, es difícil que el Banco Central logre reducir significativamente la dolarización que tanto le preocupa. Lo que si logrará es limitar las posibilidades de crecimiento de los productores nacionales, especialmente de los más pequeños.