Dolarización

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El Banco Central dice que está muy preocupado por la dolarización de los créditos en el sistema financiero, pues una gran devaluación lo pondría en alto riesgo. Para solucionar el problema, el Banco debería buscar las causas y actuar.

La preferencia por las deudas en dólares es producida, en parte, por la estabilidad del tipo de cambio en los últimos años. La política del mismo Banco Central, muy enfocada a evitar fluctuaciones violentas en el tipo de cambio, genera que los deudores no perciban el riesgo de devaluación y, por ende, prefieran endeudarse en dólares.

Esa preferencia se ve reforzada por el diferencial entre tasas de interés en colones y dólares. Es mucho más caro un crédito en colones que uno en dólares. Esto se debe a que, por un lado, el elevado déficit fiscal obliga al gobierno a buscar financiamiento, presionando las tasas de interés pasivas al alza. Por otro lado, el alto margen de intermediación presiona aún más hacia arriba las tasas de interés activas.

De los dos primeros factores que encarecen el crédito en colones –política cambiaría y déficit fiscal– se ha hablado mucho. Pero del tercer factor –alto margen de intermediación– se habla muy poco.

Los bancos estatales tienen la doble ventaja de la garantía del Estado y del monopolio en el manejo de las cuentas corrientes de las instituciones estatales, que les permite captar recursos a muy bajo costo. Al no tener una competencia real en el mercado de colones, los bancos estatales pueden aumentar las tasas de interés activas.

Pero en lugar de aprovechar esa ventaja para generar utilidades, como hacen los privados, el elevado costo de operación de la banca estatal se come el margen. La función “social” de la banca estatal podría explicar una parte de esos costos. Aunque, en realidad, esa función está cada vez más relegada, a favor de la actividad comercial.

En esta última actividad es donde existen aún ineficiencias, que si bien algunos bancos estatales han hecho un gran esfuerzo por mejorar, aún queda trabajo por hacer. Lo que sale a la luz esta semana sobre el Banco Crédito Agrícola de Cartago –altos índices de morosidad, exceso de personal, baja rentabilidad– es el caso más crítico.

El Banco Central debería aprovechar la oportunidad para proponer la venta de este banco, y así ayudar a reducir el déficit fiscal. Si al mismo tiempo propusiera medidas para mejorar la competencia en el sistema financiero, estaría dando pasos grandes para reducir el alto grado de dolarización del crédito que tanto le preocupa.