Cautelosa baja del Banco Central

Pienso que queda espacio para que el Banco Central sea algo más agresivo al aprobar una política monetaria menos restrictiva

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Como muchos esperábamos, el Banco Central anunció una rebaja de su tasa de política monetaria (TPM), del 8,50 al 7,50 %.

La decisión se basa en el hecho de que la inflación ha bajado significativamente, más de lo proyectado originalmente, al punto que, según las estimaciones del mismo Banco Central, es “altamente probable” que la inflación interanual se ubique por debajo del límite inferior del rango meta (menos del 1 %).

La desaceleración en la inflación se debe a varios factores. Uno de ellos, muy importante, es que los efectos de los choques internacionales, que hicieron que los precios de las materias primas importadas (combustibles, granos y metales) y los fletes subieran bastante entre el 2021 y el 2022, se revirtieron parcialmente. Para Costa Rica, representa un alivio que esos precios bajaran de su pico más alto.

La fuerte subida de la TPM entre finales del 2021 y finales del 2022 también contribuyó a ralentizar la demanda interna, y de ahí la contención en los precios generales. Vale la pena aclarar, eso sí, que la demanda interna viene reprimida hace rato, por el bajo crecimiento de la actividad económica local, el alto desempleo y la baja ocupación, el estancamiento del crédito para el sector privado y la política fiscal austera que limita el consumo y la inversión pública.

Si los factores de la oferta (externos) se revirtieron, la demanda está limitada por diversos factores (no monetarios) y la inflación se prevé que siga desacelerando fuertemente, ¿por qué el Banco Central no fue más enérgico al bajar su tasa de interés? Esto, independientemente del efecto que una disminución en las tasas tenga en el tipo de cambio, por cierto, aspecto olvidado en el comunicado de prensa donde se anunció el ajuste de la TPM.

El Banco alega que la inflación podría volver a subir, en vista del riesgo de un recrudecimiento de los conflictos bélicos y geoeconómicos internacionales, más un posible aumento del precio de los combustibles a escala mundial. De ahí que el Banco escogiera ser muy cauto en su cambio de política, aunque sea por factores externos a la oferta (no de la demanda).

Yo pienso que aún queda espacio para que el Banco sea algo más agresivo al aprobar una política monetaria menos restrictiva. Habrá que esperar dos meses más para ver qué hace el Central en su próxima reunión.

lmesalles@ecoanalisis.org

El autor es economista.