Cambios rápidos

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Se dice que lo único constante en la vida es el cambio. El que no cambia, no crece. Y el que no crece, muere. Eso ha sido cierto siempre. Pero, en los últimos tiempos, los cambios son cada vez más rápidos. Esto obliga a que todos estemos mucho más atentos y dispuestos a adaptarnos a los cambios, para no sucumbir.

La aceleración en el ritmo de los cambios de los últimos años se da, en buena medida, por la revolución de las tecnologías de información que estamos viviendo. Algo parecido a lo que sucedió en el siglo XIX con la invención de la máquina de vapor. En ese entonces, se pasó de lo artesanal a lo industrial y se acortaron significativamente los tiempos de transporte (comunicación). Hoy en día, las nuevas tecnologías están cambiando las formas de fabricación y de comunicación.

Solo como ejemplo, está lo que ha sucedido con los teléfonos celulares. Se calcula que, para finales de este año, habrá 7.000 millones de teléfonos celulares en el mundo. Eso es casi un celular por cada habitante. Y estamos hablando de un aparato que apenas se inventó en el último cuarto del siglo XX. Todavía más impresionante es lo que se puede hacer con este aparatito. La comunicación y el acceso a información instantánea es ahora algo normal. Lo que antes podía tomar días de investigación en una biblioteca, hoy se puede acceder con solo mover los dedos por unos segundos.

Otro ejemplo son las impresoras en 3D. Al paso al que avanza la tecnología, estas pronto serán de uso masivo. Con ello, las plantas de manufactura sufrirán modificaciones importantes. En lugar de importar una pieza o repuesto para una máquina, por ejemplo, esta se podrá imprimir localmente. Igual sucederá con muchos productos de uso final. Eso significa un ahorro de tiempo y de contaminación. Ya no habrá necesidad de quemar tanto combustible en el transporte de bienes. Tampoco habrá tanta necesidad de choferes de camión y de trabajadores de planta. Pero, a cambio, habrá una mayor necesidad de técnicos en electrónica y computación.

El ritmo del cambio nos obliga, como sociedad, a tener una mayor disposición a esos cambios y a ser más flexibles. Ya no se pueden seguir haciendo las cosas igual que antes, solo porque antes funcionaron bien. No podemos aferrarnos al statu quo , ya que este pronto quedará obsoleto y será una carga para el resto.

Eso significa que debemos, más bien, buscar cómo hacer cosas nuevas y diferentes cada día, lo que llaman “innovación”. Para ello, debemos tener un cambio de mentalidad total y constante.