Buenos días: Cuestión de hablarse

¡Cuanto añoramos que Yamileth Astorga llame a Rodolfo Méndez Mata y se pongan de acuerdo! Así, el MOPT no asfaltaría una calle y horas después llegaría el AyA a abrir un hueco.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

¿De veras cuesta tanto que el ministro de Obras Públicas y la presidenta del AyA se hablen? Porque ¡cómo hace falta que ella lo llame y le avise dónde piensa abrir huecos hoy, mañana y pasado...!

Muchas calles en mal estado de San José, usadas por los conductores para escapar de las presas, son reparadas en estos días. A las cuadrillas de trabajadores se les ve remover la vieja capa asfáltica y poner una nueva.

Pero ¿por cuánto tiempo las tendremos así, si Acueductos y Alcantarillados (AyA) aún abre huecos para conectar 370.000 casas a la planta de tratamiento de aguas en La Uruca?

Si Rodolfo Méndez Mata, titular de Obras Públicas y Transportes, y Yamileth Astorga, jerarca del AyA, se sentaran a coordinar, las calles durarían más tiempo en buen estado y la inversión millonaria del Gobierno no se desperdiciaría por esa falta de comunicación, tan evidente, entre las entidades.

Solo en los 28 “cuellos de botella” donde el MOPT hace reparaciones en estos días para descongestionar el tránsito de vehículos, la inversión es millonaria: ¢150 millones, en promedio, en cada tramo.

Pero el problema es que en Sabanilla, por ejemplo, las cuadrillas contratadas por el AyA llevan año y medio rompiendo las calles y ya andan cerca del sitio donde el MOPT las deja como nuevas. Si son tan amables, no pongan un pie ahí porque sería el colmo de la descoordinación.

De hecho, con el proyecto para conectar las viviendas de 11 cantones a la megaplanta de tratamiento Los Tajos, kilómetros de vías capitalinas han quedado en pésimas condiciones; con ondulaciones que son como “huecos para arriba” que hacen sufrir los compensadores y la estructura de los autos.

Yamileth Astorga, como responsable del AyA, debe dar la cara para dejar como nuevas las vías que han destrozado. También debe dar cuentas claras porque esos trabajos se hacen eternos y solo ellos saben cuánto más de la cuenta han costado por falta de planificación. Incluso, que diga cuándo, por fin, los van a terminar porque no se les ve ganas de hacerlo.

En momentos de déficit fiscal, de austeridad, se impone que el AyA se ordene y ponga fin a esa abridera de huecos que deja mal tapados.

amayorga@nacion.com

Armando Mayorga es jefe de Redacción en La Nación.