A votar por el mejor líder para Costa Rica

Dios nos libre de escoger un candidato que presenta un programa que suena muy bonito, pero pone en peligro la estabilidad del país

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Este domingo es día de fiesta nacional. Nos aprestamos a celebrar elecciones, una vez más. Aunque esta campaña electoral se ha sentido fría. Ha habido pocos signos externos que nos revele las preferencias de los votantes.

Antes las banderas en los techos de las casas y las calcomanías en los carros servían para identificar a los simpatizantes de cada partido. Era la encuesta más fiable. Ahora las manifestaciones de preferencia se conocen, principalmente, a través de las redes sociales. Ahí sí ha calentado un poco más la campaña, entre anuncios, memes y noticias falsas. Aun así, y con la gran cantidad de troles existentes, es difícil saber qué tantos simpatizantes tiene cada candidato en verdad.

Ni las encuestas sirven para anticipar lo que sucederá este domingo. Con más de un 30% de indecisos, el resultado es impredecible. Hacia qué candidatos se inclinen los indecisos, determinará quiénes serán los que lleguen a la eventual segunda ronda.

Con tanto candidato para escoger, el árbol de decisiones de por quién votar es complicado. Información para decidir ha habido mucha. El TSE ha hecho un gran esfuerzo para poner a disposición de los votantes información sobre los currículos de los candidatos y sus programas de gobierno. En las redes sociales también se ha publicado mucha información, aunque ahí tiende a ser escueta y superficial. Ha habido gran cantidad de entrevistas en programas de radio y televisión, así como numerosos debates, que han servido para conocer más detalles sobre lo que piensa cada candidato y su carácter.

La complicada situación económica y social nos obliga a analizar muy bien el conocimiento, la preparación, el equipo y la viabilidad de los programas de cada aspirante. Dios nos libre de escoger uno que presenta un programa que suena muy bonito, pero pone en peligro la estabilidad del país.

Además, la gran fragmentación de las fuerzas políticas en estas elecciones hace pensar que habrá necesidad de muchas instancias de negociación. La primera empieza el lunes entrante, porque deberán formarse alianzas para la segunda ronda. Luego, vendrán las negociaciones en la nueva Asamblea Legislativa, a partir de mayo.

De ahí que sea fundamental tener muy en cuenta, en el momento de decidir, características de liderazgo, de formador de equipos y de negociador que posea cada candidato. ¡A votar!

lmesalles@ecoanalisis.org

El autor es economista.