¿Soluciones para el IVM?
Gerente de Pensiones debe dar más información
Es meritoria la aceptación de don Jaime Barrantes, gerente de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en La Nación de este viernes ( Opinión, 6/1/17), donde declara a la ciudadanía que la Caja acepta el estudio de la Universidad de Costa Rica (UCR). La conclusión del estudio es que las actuales políticas del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) lo están llevando a su inminente quiebra a mediano plazo.
También es responsabilidad de este funcionario gestionar un plan de acción con plazos que quisiéramos conocer, al igual que hizo con el resultado del diagnóstico. Los dueños del IVM le solicitamos que cumpla con su responsabilidad, ya que el diagnóstico mostró que la postergación de soluciones ha sido el aspecto más dañino de todos.
Glen Rodríguez Solís
Santo domingo de Heredia
Seguridad primero
¿Cuánto vale la seguridad de un hijo? Todos hemos oído a un padre decir “amo a mi hijo más que a nada en el mundo”. Es una linda frase, pero ¿se dice de verdad? En estos días en las redes sociales se burlan de los requisitos que solicitó el Parque de Diversiones para ocupar un puesto de oficial de seguridad. Espero que quienes lo hicieron fuera porque desconocen qué es tener un hijo o amar a los niños.
Vivimos en un mundo cada día más competitivo, con muchas opciones de superación académica para todos los sectores de la sociedad. En otros países, la seguridad y el personal que la da son profesionales capacitados en enfrentar situaciones de emergencia. Pero aquí, si una empresa seria como el Parque de Diversiones busca personal apto para el puesto más importante de sus instalaciones, se vuelve burla nacional.
Un padre se sentiría seguro si sabe que el personal tiene conocimientos de primeros auxilios o que pueda identificar a pedófilos. Seamos conscientes de que la seguridad y tranquilidad de nuestros hijos no es a cualquiera que se le puede dar. Si ese es el perfil básico del personal de seguridad, aplaudo a los de Recursos Humanos, que seguramente son padres y madres que aman a sus hijos.
Edwin Gerardo Acuña Acuña
San Pedro, Montes de Oca
IVM quebrado
Concuerdo con la preocupación que expuso en el artículo “La estafa de las pensiones” ( Ópinión, 3/1/17) el señor Eli Feinzaig: estamos cotizando para un sistema de pensiones que está al borde de la quiebra y que no nos garantiza, ni siquiera, que podamos llegar a tener una pensión, aunque hayamos aportado mucho dinero.
Igual de preocupante es la actitud de las autoridades políticas. El presidente de la República, Luis Guillermo Solís (que ya tiene asegurada su pensión de presidente), muestra una actitud relajada y “pateará la bola” para que su gobierno no tenga que tomar ninguna decisión política –¡cómo si tuvieran opción de repetir gobierno!– y que sea la próxima administración la que tome las decisiones, si es que lo hacen.
Además de las responsabilidades políticas, están los mandos ejecutivos del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), como Jaime Barrantes, gerente de Pensiones de la CCSS. Tanto en su réplica al artículo de Feinzaig ( Opinión, 6/1/16) como en la entrevista que le hizo Marcelo Castro en Telenoticias, Barrantes muestra una tranquilidad pasmosa y, además, trata de esconder su evidente responsabilidad por haber pospuesto durante una década cualquier solución. Olvidó mencionar que antes del estudio actuarial de la Escuela de Matemáticas de UCR ya habían contratado otros estudios que dieron resultados muy parecidos.
Uno esperaría que los responsables de esta crisis, por omisión o incapacidad profesional o política, fueran consecuentes y que, por vergüenza, renunciaran; pero ya sabemos que sería pedirle peras al palo de la coherencia.
María Céspedes López
Rohrmoser
Elefante blanco
Es risible que los medios de comunicación llamen a economistas para analizar el impacto de los precios de los combustibles, cuando se sabe que si se quitara la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) el impacto sería menor, ya que Recope tiene salarios de lujo que paga el pueblo. Ya es hora que desaparezca ese elefante blanco.
Eduardo Sancho Ortiz
Cartago