Cartas a la Columna: Uber cobró paqueo

Débito fue hecho porque chofer utiliza estacionamiento del aeropuerto mientras consigue clientes.

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Uber cobró paqueo

El 30 de agosto solicité, como tantas otras veces, el servicio Uber del aeropuerto Juan Santamaría a mi casa. El monto me pareció razonable y acepté. El viaje transcurrió con normalidad y el chofer mencionó que, para evitar situaciones engorrosas a la hora de buscar pasajeros, usaba el parqueo del aeropuerto. Días después, vi un cargo adicional de Uber que no coincidía con ningún servicio tomado. Envíe un mensaje por medio de la aplicación y me respondieron que mi viaje del aeropuerto tiene un adicional por el estacionamiento. Esto me molestó mucho y les hice saber que durante mi viaje no se usé ningún parqueo; sin embargo, el cobro no fue eliminado porque excedí los 30 días para reclamar.

Externo mi molestia por la forma como Uber manejó mi reclamo, pero más por el portillo de permitir el débito por algo que sucedió antes de un servicio. Quiero la devolución del dinero.

Marcela Rodríguez Peña, Montes de Oca

Alta devaluación

Los empleados públicos deberían ser los más interesados en la aprobación inmediata del plan fiscal. Lo que apenas comienza a asomarse presagia que estarán entre los más perjudicados, pues es posible que sus salarios se vean disminuidos.

A quienes llevamos amargos recuerdos y tuvimos que sufrir la crisis de los 80, nos asusta ver la actual devaluación del colón, que ya casi llega a un 15 %. Sin nuevos ingresos y sin fuentes de financiamiento adicional, la emisión inorgánica de nuestra moneda será una de las poquísimas alternativas que le quedarán al gobierno para cumplir uno de sus mayores gastos en colones: el pago de salarios. En 1980 la tasa de devaluación fue del 365 % y desde aquel entonces acumula un 7.000 %. Fue muy doloroso para todos y tomó casi 15 años salir del hueco.

Los ajustes en el sector privado, que ha manifestado su sacrificio al apoyar el plan fiscal, ocurrirán más rápido, ya que, a diferencia de aquel entonces, este se reformó para ser un generador de divisas. En vez de un ajuste gradual para ir hacia un Estado más eficiente, con menos empleados públicos, este tendrá que llevarse a cabo de golpe. Es hora de analizar lo sucedido en el pasado y sacrificarnos un poco por el bien de la nación.

José Carlos Arce Carvalho, San José

Fallos del gobierno

Valoramos el esfuerzo del gobierno por resolver, o por lo menos amortiguar, la crisis fiscal, pero no por eso vamos a pasar por alto algunos nombramientos que han resultado un fiasco. El primero, recargar en la vicepresidenta Campbell la Cancillería de la República si tenían la posibilidad de nombrar a personas tan valiosas como la embajadora Elayne Whyte. Está demostrado que no era el sitio para Campbell, de quien no dudamos puede servirle al país en otra posición. El segundo, nombrar a Juan Carlos Mendoza ministro de Comunicación justo cuando se requiere congruencia para defender el plan fiscal. Está fresco en la memoria cuando era diputado y boicoteó la reforma impulsada por Laura Chinchilla y Ottón Solís.

Gustavo Elizondo Fallas, Santa María de Dota

Educación truncada

Como voluntaria del Ministerio de Educación Pública y colaboradora en las pruebas de bachillerato, me indigna el documento de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), en el cual se nos atribuye la fuga de la prueba de Matemática a los colaboradores. No sé si los firmantes del documento han servido sin recibir paga, lo que es hacer el bien por mística, por convicción, por valores. Los voluntarios colaboramos para que no se perjudique a quienes se esfuerzan por cumplir una etapa importante en sus vidas.

Jesús Jiménez, quien en su gobierno de 1869 estableció la enseñanza gratuita y obligatoria pagada por el Estado, pedía también cárcel para los padres que no enviaran a los hijos a la escuela. ¿Qué podríamos inferir de esa petitoria en la situación actual cuando se impide el derecho inalienable a la educación?

Cecilia Esquivel Jiménez, San Antonio de Belén

Buenas lecturas

Felicitó a José Ricardo Chaves y Enrique Obregón por sus magníficos artículos sobre la felicidad y por compartir conocimientos. Hace tiempo no leía algo tan interesante, textos como bálsamos entre tantos escritos de políticas y desafueros de la realidad nacional y mundial. He leído mucho sobre estos asuntos y entiendo el mensaje, ojalá sigan escribiendo porque en realidad nadie sabe todo por más que leamos y busquemos la verdad sobre la felicidad. Cuando más se aprende, somos un poco más felices.

César Zapata Palet, Rohrmoser