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    Casos de éxito

    La ayuda de fondos provenientes del SBD fue fundamental en el desarrollo de la cadena de gimnasios 360 Fitness, que hoy cuenta con cinco sedes.

    Krista Serrano, su esposo y otra pareja de inversionistas son los copropietarios de la franquicia de gimnasios 360 Fitness Costa Rica, que abrió su primer local en 2006 en Hacienda Vieja de Curridabat.

    Con la experiencia adquirida, en el 2011 decidieron arriesgarse a instalar otro establecimiento. Para lograrlo, investigaron y encontraron la posibilidad de solicitar recursos del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD). Se acercaron al Banco Nacional de Costa Rica, que es un operador financiero acreditado, y solicitaron un primer crédito por ¢50 millones, fondos que usaron para abrir un nuevo local en el centro comercial Terramall, situado en el cantón de La Unión.

    Gracias a su buena administración y a su buen récord crediticio, en 2012 solicitaron un segundo préstamo por otros ¢50 millones y establecieron un nuevo gimnasio en el centro comercial Paseo Metrópoli, en el cantón central de Cartago.

    “Banca para el Desarrollo es una excelente opción para quienes deseen impulsar su negocio, pero quien desee optar por este sistema tiene que tener un plan, ser ordenado y aprender lo básico de administración”, comentó Serrano. En 2015, detalló, solicitaron ¢100 millones bajo lafigura de arrendamiento con Financiera Desyfin, y así se expandieron al Paseo de las Flores, en Heredia.

    “Nuestro buen récord de cumplimiento nos permitió tener acceso a los recursos de Financiera Desyfin, en esta ocasión poniendo a respaldar el préstamo con los mismos equipos”, aseguró Serrano. “Sin este apoyo no hubiésemos podido crecer”, finalizó.

    En este 2016 abrieron una sede más, en el centro comercial City Place en Santa Ana.

    Mipyme sancarleña invierte en ganado y produce queso

    El negocio cuenta con 19 vacas lecheras y vende en su comunidad los productos lácteos que elabora.

    Jessica Zúñiga, empresaria del sector agropecuario en Monterrey de San Carlos, inició su negocio junto a su esposo, Óscar Quirós, tras recibir un microcrédito de la Fundación Unión y Desarrollo de las Comunidades Campesinas (Fundecoca), con recursos del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD).

    Uno de sus préstamos fue por ¢1 millón para comprar un terreno y seis terneritas que crecieron “a punta de chupón”. Hoy, la familia tiene 19 vacas lecheras, con sus terneros, y produce queso, el cual comercializa en esa misma comunidad.

    Ellos obtuvieron el financiamiento bajo el sistema solidario que aprueba el Comité de Crédito Cantonal. “Aquí toda la gente se conoce entre sí, se sabe a quién se le presta y a quién no, porque se sabe quién paga y quién no”, afirmó Quirós.

    Esta familia ha solicitado financiamiento en seis oportunidades y, hasta la fecha, ha cancelado todas sus deudas. Los esposos coinciden en que, gracias al SBD y Fundecoca, han podido alcanzar un sueño, con préstamos realistas acordes con sus posibilidades, pues las tasas de interés son muy bajas.

    “Estoy muy agradecida porque nos han facilitado el dinero. Pero no solo a nosotros, sino a mucha gente con buenas ideas. De otra forma, no hubiéramos podido tener acceso a un crédito en un banco, porque no tenemos las garantías”, finalizó Zúñiga.