Zapote cierra su fiesta con orden, toros y largas filas

Familias resaltan limpieza y seguridad; se quejan de precios en juegos y comidas

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Familias, parejas y toreros improvisados aprovecharon el último fin de semana de las fiestas de Zapote para hacer fila en las puertas del redondel y en los juegos mecánicos del campo ferial josefino.

En los chinamos nunca faltó la música, así como uno que otro visitante que se animara a saltar a la pista al ritmo de alguna cumbia, mientras el humo anunciaba la venta de pinchos de carne.

“Ha sido un excelente año. Las ventas mejoraron hasta en un 70%. Por lo menos, vendemos unos 700 platos de comida por día, con precios que rondan los ¢4.000, más los churros, pinchos de carne y bebidas”, dijo Nelson Ramírez, quien tiene 10 años de ser chinamero.

El redondel de toros vendió las 2.800 entradas de cada corrida y sacó risas, gritos y aplausos. Este sábado y domingo, el precio para ingresar al redondel en la tarde era de ¢12.000, y ¢15.000, en la noche.

“Ha sido un éxito total. Los toros han dado un espectáculo increíble. La plaza se ha llenado en todas las corridas y la gente hace fila en la boletería antes de las 11 a. m. para comprar las entradas de la tarde”, dijo Álvaro Zamora, vocero de las corridas de toros de Zapote.

En los juegos, cada tiquete para entrar en el barco pirata, las sillas voladoras o alguna montaña rusa costaban entre ¢1.000 y ¢1.500.

“Tenía años de no montarme en ninguna atracción y me vine con mi hija a disfrutar. Tengo nervios de acero así que pienso montarme en todas las atracciones posibles. Es importante que estas tradiciones se mantengan”, dijo Floricel Hidalgo, vecina de Alajuelita.

En un sondeo de La Nación, los visitantes reconocieron que el orden, la limpieza y la seguridad de este año fueron mejores.

“Estamos muy contentos del orden que hemos visto. Si uno viene a disfrutar en familia, lo que quiere es encontrarse un ambiente seguro y estamos muy satisfechos”, dijo Kitty Arias, vecina de Zapote.

El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) hizo rondas de inspección durante las fiestas y detuvo a 24 menores de edad por consumo de drogas y atendió el extravío de cuatro niños, confirmó la psicóloga Carolina Gutiérrez.

Por su parte, el jefe de plaza de la Fuerza Pública, Roy Chavarría, afirmó que el decomiso de drogas y dos detenciones por robo fueron lo más crítico durante los festejos.

Improvisados. Entre los más fieles al campo ferial están los toreros improvisados que esperan hasta cuatro horas para ingresar al ruedo.

En medio de empujones, disfraces, pelucas y silbidos hacen fila, cuentan chistes, posan para fotos y lanzan piropos y miradas indiscretas a algunas visitantes.

“Me he llevado más de un susto como torero improvisado. He visto golpes muy feos y hay que hacer fila desde temprano para que nos den el brazalete para ingresar. Para entrar a la corrida de las 3 p.m. hay que estar al mediodía haciendo fila, pero por lo menos la emoción que se vive ahí adentro paga toda esa espera”, dijo Aarón Howard.

En el redondel suena la última trompeta con el grito “¡puerta!”; brinca el toro y empiezan las corridas y los revolcones. En la gradería hay aplausos, en las “sillas voladoras” gritos y en los chinamos, hambre. Todos pondrán hoy el punto final a las fiestas de Zapote.