“Dígale a esa rata de Albino Vargas que tiene sus días contados”.
El mensaje, apareció en el Facebook de un compañero del sindicalista Albino Vargas, secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), suscrito por una persona de apellido Mucio.
Vargas justificó así su aparición rodeado de varios guardaespaldas--tres o cuatro, no supo precisar--, durante la marcha de trabajadores convocada por varios sindicatos el lunes 27 de julio. Sin embargo, sostuvo que las amenazas no lo motivarán a cambiar sus hábitos y estilo de vida.
Según dijo el dirigente a La Nación, vía telefónica, la medida, acordada por la junta directiva nacional de la ANEP, lo sorprendió. Él no sabía que le habían contratado para ese día protección personal y lo atribuye al aumento del riesgo debido a la concentración masiva.
"El principal sorprendido fui yo cuando yo ayer (lunes 27 de julio) vi a esas personas alrededor mío, a esos señores", manifestó Vargas, quien lo atribuye a varias amenazas más que ha recibido, sobre todo a través de redes sociales.
Según dijo, el hombre de apellido Mucio ya está denunciado ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Otro más, de apellido Seas, también será denunciado en los próximos días ante el OIJ, dijo Vargas, pues también en redes sociales se atrevió a escribir: "Por qué no matan a ese mae". El mensaje lo envió a través de una página en Facebook, llamada Ya no más Recope, dijo Vargas.
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"A esta altura de mi vida, ¿qué le puedo decir? Yo no voy a dejar de escribir, de defender las cosas en que yo creo. No es Albino Vargas, esto es un movimiento de muchas personas y organizaciones, y creo que seguramente las ideas que uno defiende son tan fuertes que puede haber gente que cree que matándolo a uno se acaba", dijo el dirigente.
Según Vargas, él lleva varios años recibiendo amenazas, a las cuales no les ha dado mayor importancia.
"Yo soy una persona que llega muy temprano a trabajar, entre 6 y 6:30 a. m., y me he encontrado cartulinas con zapatos viejos, diciendo "Te vas a morir", y llenos de insultos. Yo nunca le he dado importancia a esas cosas. Los supersticiosos dicen que son intentos de hacerte maleficios", agregó.
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"A la organización le sale muy caro tener un sistema de guardaespaldas para uno de sus dirigentes, tampoco estoy de acuerdo con esto", agregó el sindicalista.
"Yo no voy a cambiar mi estilo de vida, seguiré viajando en taxi, viajando en bus, viviendo en Alajuelita… Eso es lo que yo voy a seguir haciendo. No tengo por qué cambiar (...) Usted puede tener cinco guardaespaldas y desde el techo del edificio del frente algún francotirador te puede matar. Tener guardaespaldas no te garantiza absolutamente nada", dijo.
Vargas desconoce cuánto le costó la contratación de los servicios de seguridad a la ANEP e insistió en que él no solicitará ninguna protección más, ni en el trabajo ni en su casa de habitación.