(Video) Viaje al ayer en microbuses Volkswagen de los 70, en paseos sin rumbo fijo y a otro ritmo

Empresa alquila estos vehículos equipados para acampar y moverse a “otra velocidad” en servicio dirigido a familias en busca de una excursión más reposada

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Hace muchos pero muchos años, cuando el teléfono estaba unido a la pared por un cable y las “redes sociales” se tejían a viva voz en plena calle, un paseo familiar era una suerte de hazaña doméstica de todos los miembros metidos en un único vehículo que jalaba también variedad de enseres de la casa.

Eran salidas por lo general ayunas en planeamiento pero ricas en la emoción que atizaba la mudanza de personas y chunches hacia días distintos.

La ilusión era en parte el destino (una catarata con poza, las cabinas con piscina o el potrero en la montaña) y por mucho el traslado; en particular para quienes de niños descubrieron por primera vez la playa o heredaron de aquellas excursiones recuerdos preciados.

Hoy, cuando parece que casi nadie aparta los ojos de pantallas luminosas y la vida parece ir muy rápido, una empresa busca devolverse en el calendario alquilando microbuses Volkswagen Tipo 2, comunes en los años 70.

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Su propuesta es ir despacio pero conociendo todo mientras los excursionistas duermen en el propio vehículo.

La empresa que alquila se llama Vintage Rides Campery las microbuses viene equipadas para acampar donde sus usuarios gusten.

Sin destino fijo y hora de llegada desconocida, su propuesta es abrirse a días de movimiento tranquilo y flexibilidad de horarios por donde sea.

Así, como se armaban los paseos antes, casi siempre luego de que alguien preguntaba: “bueno ¿a dónde nos vamos?”.

“Mi clientela meta son familias que desean conocer en calma y a su propia velocidad Costa Rica. Queremos rescatar cómo se paseaba antes cuando no había plazos y horas tan establecidos”, explicó el empresario José Corrales Obando; dueño del emprendimiento.

Corrales aclaró que llevaba una década madurando la idea de lanzar el negocio al cabo de decenas de paseos con su propia familia.

Según dice, los vehículos son en sí blanco de miradas donde sea que se estacione y siempre hay personas alrededor.

“Muchas veces me dicen que sus papás tenían una igual y que cuando eran niños andaban en la parte de atrás; uno escucha historias de todo tipo de cómo éramos antes. Incluso he topado con muchachos que quieren conocerlas porque son una novedad para ellos”, explicó.

Estas casas rodantes tiene un asiento trasero cuyo respaldo se dobla hasta convertirse en una cama para tres personas y, en el techo, tienen una tienda de campaña plegable que se arma en minutos para acomodar a dos o tres personas más.

Cada vehículo trae un tanque de agua para atender necesidades de lavado y ducha, una hielera con agua, jugos de frutas y hielo, además de semillas y galletas y una cocina de gas e implementos de cocina. Eso sí, la cocina es únicamente para cocinar en exteriores.

La vida con otro lente

Corrales aclara que no son vehículos para correr. En condiciones de vía óptimas, alcanza unos 80 kilómetros por hora y eso reporta a los pasajeros un paseo más reposado para disfrutar mejor la compañía de todos mientras la microbús devora asfalto sea cual sea el plan o destino o (incluso) si no existen.

“La experiencia de paseo y conducir son completamente distinta porque tenés un parabrisas enorme. La contemplación del paisaje, la luz y los lugares por donde se avanza son otras respecto a un vehículo moderno. Uno disfruta mucho pero los niños más porque las ventanas son muy grandes y la sensación de espacio y movimiento cambia”, explicó.

De su propia cosecha, el empresario afirma que en sus salidas ha conocido “lugares hermosos” sin la presión de resolver dónde iban a dormir porque eso ya estaba resuelto desde el arranque.

El empresario asegura que las microbuses pueden estacionarse en muchos lugares pero él sugiere por la seguridad de todos sitios donde hay más gente ojalá con tiendas de campaña o frente a delegaciones de Fuerza Pública, Cruz Roja o Bomberos de Costa Rica.

“Incluso hemos tenido gratas experiencias con estos servidores porque también a ellos les llama la atención la microbús y, pasado un rato, ya tenemos hasta oferta de baño y ayudas”, explicó entre risas.

El costo de alquiler el primer día es de $150 y los demás $125.

Eso sí, aclaró que el mínimo de días para alquiler son tres y es necesario dejar una garantía de $2.000 la cual se devolverá contra revisión del vehículo y ausencias de multas de tránsito.