El lunes a eso de las 10 a. m., Heiner Castillo Matarrita estaba sobre la arena de playa Guiones en Guanacaste como tantos otros días, haciendo su trabajo de fotógrafo para Agua Tibia Surf School.
Ese lunes sería no obstante diferente porque el destino lo premió con un raro espectáculo natural.
Mientras fotografiaba una clase de surf, algo atrajo su mirada hacia esa raya horizontal que divide cielo y mar en el preciso momento cuando ocurrió lo impensable: un mamífero de 12 a 16 metros de largo rompió la quietud del agua.
Era una ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) cuyo gigantesco cuerpo de unas 30 toneladas se elevaba al cielo mientras él, desde la orilla, se olvidaba de la clase mientras velozmente apuntaba su cámara al gran cetáceo.
No solo eso, logró salir de su asombro e incluso logró capturar en video al animal que saltó una segunda y última vez.
Castillo Matarrita, de 29 años, es vecino de esa zona y labora en esa empresa hace cuatro años.
Asegura que las ballenas suelen verse de lejos cuando sus lomos se asoman a la superficie a respirar o al sacar una aleta mientras nadan pero nunca como aquel día.
“Nunca antes había pasado. Ellas estarían a unos 30 a 40 metros de la orilla, había marea alta y poca gente en la playa pero todos reaccionamos con emoción. Vivo hace años en esta zona donde crecí y ver con tus ojos algo así es increíble; casi nadie podía creerlo y todos estábamos muy impresionados”, explicó.
También el presidente Carlos Alvarado Quesada se emocionó tanto como para compartir este sábado en Twitter y Facebook un mensaje al respecto del avistamiento.
“Esta semana en playa Guiones en Nosara de Nicoya la comunidad avistó a dos ballenas muy cerca de la costa. Un espectáculo muy poco usual en la zona y que nos recuerda la importancia de continuar protegiendo nuestro tesoro natural”, escribió el Mandatario.
Shirley Ramírez Carvajal, bióloga de la Comisión Nacional de la Gestión de la Biodiversidad, explicó que tanta proximidad de estos mamíferos a la orilla podría deberse a que estaban huyendo de algún depredador, porque estaban en un punto donde había bastante alimento o simplemente porque se sentían seguras ahí.
“Lo más importante de recordar, al margen de este hermoso espectáculo, es que estas formas de vida silvestre pueden sentir estrés y temor si hay gente en lanchas que se acercan a ellas a verlas. Hay incluso ciertas pautas y códigos de cómo apreciarlas pero a una distancia prudente”, explicó.
Adultos de ballenas jorobadas tienen una longitud de 12 a 16 metros y llegan a pesar hasta 36 toneladas.
Sus cuerpos tiene una forma muy distintiva con aletas pectorales largas y cabeza nudosa. Es uno de los mamíferos más acrobático pues con frecuencia se impulsa sobre la superficie para luego golpear el agua.
Los científicos sospechan que las ballenas jorobadas se abren paso y golpean la superficie con sus aletas como una forma de comunicarse. El golpe de sus cuerpos contra el agua crean sonidos tales que, se cree, podrían servir para enviar mensajes a otras ballenas. Grandes salpicaduras supone que el mensaje puede llegar a largas distancias.
Esto por cuanto el sonido viaja más lejos y más rápidamente bajo el agua que en tierra y posiblemente podría ser una vía de avisos acuáticos entre los mamíferos.