Venus brillará como nunca: la ‘estrella’ del Niño tendrá un mayor resplandor este 7 de julio

Aficionados a mirar el firmamento tienen este viernes una oportunidad ideal para fotografiar y admirar este lucero al atardecer

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Venus es el planeta más brillante cerca de la Tierra. Si quitamos a la Luna de la ecuación, es el cuerpo celeste más fulgurante del cielo nocturno y esta semana su resplandor será aún más fuerte, lo cual representa una oportunidad para aficionados a la astronomía de admirar su luz.

Si el estado del tiempo lo permite, basta con mirar el cielo justo en dirección al atardecer y usted descubrirá al planeta como un faro, particularmente llamativo, colgado en el firmamento mientras se oculta el Sol.

No obstante, el planeta alcanzará su mayor extensión iluminada sobre nuestro cielo vespertino este 7 de julio, explicó Alejandra León-Castellá, directora de la Fundación Cientec, dedicada a la divulgación científica.

Será entonces cuando la porción iluminada del planeta cubrirá su mayor área en la cúpula de nuestro cielo.

“En este momento,Venus está más cerca de la Tierra; Venus y su atmósfera es muy reflectiva. De hecho, en este punto de órbita se halla entre el Sol y la Tierra, o sea que ahora el planeta está iluminado principalmente por detrás”, explicó León-Castellá.

Según el sitio de divulgación sobre astronomía EarthSky, el reinado de Venus en el cielo vespertino comenzó a mediados de diciembre de 2022. Alcanzó su mayor elongación vespertina el 4 de junio anterior y desaparecerá del cielo vespertino a inicios de agosto.

Sin embargo, luego empezará a verse en el cielo matutino hasta alcanzar su mayor elongación a finales de agosto y permanecerá visible en el cielo durante el amanecer hasta marzo de 2024.

¿Por qué brilla tanto?

Planetas como Júpiter y Marte brillan pero ninguno de ellos, ni en su punto más luminoso, pueden eclipsar a Venus.

Una primera explicación es que nuestro vecino orbita en un punto más cercano al Sol respecto a la Tierra lo cual significa más refulgencia de la estrella. Sin embargo, hay otras razones.

En el año 1610, Galileo Galilei, el astrónomo, ingeniero, matemático y físico italiano, emprendió una serie de observaciones telescópicas de Venus que confirmaron que experimenta fases al igual que la Luna, detallan archivos en la plataforma educativa Cabinet de la Universidad de Oxford, en Inglaterra.

Él observó por primera vez que Venus pasa por una serie completa de fases como el satélite natural de la Tierra: se inician con una delgada media luna, la cual crece gradualmente hasta volverse en un disco completo y luego mengua hasta una media luna antes de desaparecer por completo. Luego el ciclo se repite.

En su fase creciente, Venus parece mucho más grande y por ello ofrece más destellos. Esto es lo que está pasando en este punto del mes de julio. También su propia nubosidad influye.

Los astrónomos usan el término albedo para describir qué tan brillante es un planeta en términos absolutos. Según la Enciclopedia Británica, albedo es la fracción de luz reflejada por un cuerpo o superficie. Se usa comúnmente en astronomía para describir las propiedades reflectantes de los planetas, satélites y asteroides.

Cuando la luz solar incide sobre un planeta, su superficie absorbe una parte y refleja el resto. Venus tiene el albedo más alto de cualquier planeta importante en nuestro sistema solar porque está cubierto por nubes que hacen un trabajo estupendo rebotando luz.

Las nubes en su atmósfera contienen gotitas de ácido sulfúrico y cristales ácidos suspendidos en una mezcla de gases, lo que facilita que los rayos solares reboten con facilidad en las superficies lisas y curvas de esas gotitas y cristales.