Un título embargó de orgullo a jefas de hogar

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El 14 de junio, el grupo de 100 compañeras tuvo su última reunión oficial, pero esta vez en un contexto diferente: un auditorio reemplazó el aula, y sus atuendos fueron mucho mas elegantes.

Con bromas y fotos grupales, ellas celebraron el cierre del curso sobre habilidades para el emprendimiento que recibieron en la Universidad Nacional (UNA).

LEA: 10.000 familias se alejan al menos un paso de la pobreza

En la fila en la que esperaban para ingresar a la ceremonia, Florizul Villagra tomó dos minutos para meditar sobre el impacto que tendrá en su vida esa capacitación, parte de los beneficios que recibió como parte del plan Puente.

---

“Aprendimos un montón de cosas sobre cómo desarrollar, mejorar, ampliar y mantener un negocio... Todas tenemos pequeños negocios y la mayoría somos jefas de hogar”, contó Villagra, vecina de San Miguel de Higuito, en Desamparados, y madre de cuatro niños.

Ella planea instalar un bazar y taller, donde venderá las manualidades que ella misma produce, pero también enseñará a otras mujeres a prepararlas.

“Yo me siento importante, que aporto a la sociedad”, dijo Villagra.

De acuerdo con Dunia Marín, funcionaria de la UNA y coordinadora del programa, las jefas de hogar adquirieron conocimientos para que sus negocios no solo crezcan, sino que sean sostenibles en el tiempo.

Las participantes asistieron a clases todos los miércoles en la tarde durante aproximadamente nueve meses, en la sede central de la UNA.

LEA: Dos madres cuentan los días para abrir negocios

En ese espacio desarrollaron habilidades, pero también forjaron amistades y un sentido de solidaridad, según Yensy Bonilla. Ella vive con sus dos hijos y su mamá en Tirrases de Curridabat.

Durante el curso, Bonilla maduró el plan de abrir una pasamanería, con la que espera llenar una carencia de su barrio.

“En la zona donde yo vivo no hay ninguna, entonces las señoras que cosen y hacen manualidades no tienen dónde comprar”, dijo Bonilla, a solo minutos de recibir el título que la hizo sentirse más cerca de su sueño de ser empresaria.