El caso de Floribeth Mora le dio la vuelta al mundo por redes sociales. En un testimonio en Internet, que recogió el diario español La Razón, esta vecina de Tres Ríos de Costa Rica narraba todo el milagro en el que intercedió Juan Pablo II.
“Le pedí a Juan Pablo II que me ayudara, y salí sanada”, cuenta la costarricense, quien había sido diagnosticada con un aneurisma cerebral.
“Tras varios exámenes me dijeron que tenía un pequeño derrame de sangre en mi cerebro, luego me hicieron un TAC y descubrieron que se trataba de un aneurisma cerebral al lado derecho”, expresó Mora.
El testimonio sigue así: “Todo comenzó el 8 de abril de 2011 al despertar. Me dio un dolor de cabeza tan fuerte que pensé que me reventaría la cabeza. Le pedí a mi esposo que me llevara al hospital porque me sentía bastante mal. Cuando llegué me encontraba muy mal por los vómitos y el dolor de cabeza.
La costarricense agregó que el milagro sucedió en una procesión en Tres Ríos. “Le pedimos a nuestro Papa Juan Pablo que nos ayudara a pedirle a Dios. Y en ese preciso instante, algo empezó a cambiar. Salí de ese parque con la fe de que yo fui la sanada, apunta esta madre de familia de 4 hijos.
Sin embargo, pese a que Flory contó esta historia en Internet, ha guardado la orden de silencio y total confidencialidad que le solicitó El Vaticano.
Mora fue atendida por el neurocirujano Alejandro Vargas Román, quien también confirmó a La Nación que la curación de esta mujer de 50 años, no tuvo una explicación científica. “Científicamente yo no le tengo ninguna explicación del por qué desapareció”, dijo el galeno.