La mesa para negociar el ordenamiento de los salarios del sector público sigue en pie después de que el Gobierno aceptó 15 días más para que los sindicatos lleven a discusión un nuevo plan.
Cuando el Gobierno reciba la propuesta, hará a un lado el borrador de su anteproyecto de ley y discutirá con los grupos sindicales el rumbo de las disparidades salariales que hay en el sector.
“El documento no se llevará al Legislativo mientras mantengamos el diálogo. Es un tema difícil, pero nosotros estamos anuentes a continuar con la negociación”, manifestó el ministro de Trabajo, Olman Segura.
El Gobierno propone una eliminación paulatina de las desigualdades entre instituciones, “que afectan a miles de trabajadores por un lado y privilegian a unos cuantos”, dijo el ministro Segura.
Un informe de la Contraloría General de la República (CGR) reveló en el 2009 diferencias de hasta un 614% en puestos con funciones y años de servicio similares.
Es el caso de un trabajador auxiliar, que puede ganar ¢235.765 en una institución, mientras que en otra, realizando las mismas funciones, recibe ¢603.731. Lo mismo ocurre con cargos como gerentes de área, con diferencias salariales hasta de ¢3.755.000 más.
“El Gobierno tiene la anuencia de servir la mesa para discutir con transparencia y respeto, sin afectar los incentivos ni las convenciones colectivas, sino regular las diferencias”, explicó el ministro Segura.
Después de la reunión de ayer, el Gobierno reconoció que esperará 15 días más para volver a la mesa a negociar con los sindicatos y su nueva propuesta.
Pancartas. Cobijados por el sol de la tarde de ayer, empleados públicos convirtieron la acera del Ministerio de Trabajo en punto de encuentro para levantar consignas y sonar silbatos contra las reforma salarial del sector público.
Con banderas y micrófono en mano, líderes sindicales gritaban en la calle: “¡Huelga, huelga; compañeros, ni un paso atrás!”.
“Estamos en contra de ese plan político que destruye a la clase trabajadora. El ministro de Trabajo dice lo que le conviene al sistema, ahora tenemos que vender empanadas para sostener a la familia. En la calle hay hambre”, dijo Wálter Navarro, secretario general del Sindicato de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
El Gobierno ha manifestado su preocupación por el divorcio entre el salario y la eficiencia, y la urgente necesidad de hacer cambios en el sector público.
El encuentro es el primer avance del año en la materia y coloca en la agenda dos semanas más de espera para conocer cuáles serán los planteamientos que llevarán los sindicatos al diálogo.