¢70.000
costo promedio de un tanque de agua para uso doméstico sin sumar el costo por la instalación
150.000
Número estimado de hogares afedctados por suspensión del servicio de agua en Hereedia y San José
45%
Porcentaje de disminución de las lluvias en el Caribe durante los últimos años. El 2012 ha sido el más seco.
La sequía que afronta el Caribe de Costa Rica y la concentración de habitantes en la Gran Área Metropolitana (GAM) redujeron la cantidad de agua disponible en los tanques que abastecen a la población urbana.
Según Acueductos y Alcantarillados (AyA), en las fuentes de Orosi, el líquido cayó de 700 a 300 litros por segundo, sin que haya luces de que la situación mejore hasta mayo, cuando se espera la llegada de las primeras lluvias.
Entre el 2009 y el 2013, las lluvias en el Caribe disminuyeron entre 40% y 45%, dejando al 2013 como el año más seco desde 1995.
“Estamos en el pico más crítico del verano. Esto ha generado problemas de interrupción del servicio en San José centro, Hatillo, San Sebastián, Zapote, San Francisco de Dos Ríos y Tibás”, comentó Sergio Núñez, subgerente del AyA en la GAM.
El mismo problema afrontan los heredianos, que desde la segunda semana de febrero corren con baldes para guardar agua, ante los racionamientos que superan las 12 horas del día.
Mientras en el 2012, los tanques de la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) operaban a 300 litros por segundo, este 2014 experimentaron una fuerte caída a 145 litros por segundo, debido a una considerable baja en el caudal de los ríos.
En Heredia centro, los tubos quedan secos desde las 10 a. m. y el servicio se reactiva a las 6 p. m., mientras que en San Francisco de Heredia, la falta de agua golpea desde las 8 a. m. hasta las 8 p. m.
“El déficit de agua potable que tenemos se debe, en gran parte, a la concentración de población que hay en la GAM y a la sequía meteorológica que viene afectando al Caribe, desde hace tres años”, dijo Luis Fernando Alvarado, investigador del Instituto Meteorológico Nacional (IMN).
Carrera por el agua. En los alrededores de Casa Presidencial, en Zapote, las familias se quejan de que la suspensión del servicio dura más de 12 horas sin que haya avisos, camiones cisterna ni rebajas en el recibo.
“Lo que más se afecta es la limpieza de los servicios sanitarios y el aseo personal, porque tenemos que estar recogiendo agua con baldes, ollas y así no se puede vivir. El jueves, el agua se fue desde las 6 a. m. y eran las 11 p. m. y nada que venía. Lo malo es que los recibos vienen igual”, manifestó Fanny Fonseca.
En la casa de Damaris Miranda, el despertador suena en la madrugada para empezar la tarea de recolectar agua en baldes y lavar ropa.
“En mi familia somos seis personas. Tengo que levantarme de madrugada para lavar. El jardín está seco. El miércoles (19 de marzo) no hubo agua y hasta las escuelas cierran porque no se pueden limpiar los sanitarios”, comentó Miranda.
Los comerciantes también se quejan del desabastecimiento de agua potable.
En la soda de María de los Ángeles Salas, en Zapote, preparan un documento con 300 firmas de los vecinos, como protesta por el descontento con la factura de agua y la escasez del líquido.
“Ahora no solo hay que pagar el recibo, sino que comprar garrafas para mantener el aseo. Un negocio como las sodas, no pueden quedarse sin agua”, expresó Salas.
AyA y ESPH aseguran que priorizarán la atención en centros educativos y de salud, mediante camiones cisterna.
Entre San José y Heredia, se estima que las suspensiones del servicio afectan a 150.000 clientes.
Como parte de las soluciones, el vocero de la ESPH, Francisco Angulo, dijo a La Nación que en Heredia trabajan en la perforación del pozo La Joya III, con el fin de disminuir los racionamientos.
La solución representa una inversión de ¢350 millones. Para que las fuentes de agua recuperen los litros perdidos, las entidades cruzan los dedos, a fin de que las lluvias de mayo mermen la afectación.